El Bernabéu se prepara para un partido especial. Siempre lo son los derbis ante el Atlético, que han dado una de cal a los blancos en los últimos años y una de arena . Pero, además, se trata de un partido señalado en la agenda del madridismo desde el pasado martes por la noche, a eso de las 22:00 horas. En ese momento, Cristiano se elevó majestuoso en el cielo de Turín y clavó en la portería de Gianluigi Buffon un gol para la historia. "Posiblemente haya sido el mejor de mi carrera", confesaría el de Madeira, feliz tanto por la diana como por el cálido reconocimiento que recibió de la hinchada juventina. Y es que, tras un primer segundo de silencio y asombro, los 40.000 espectadores que llenaban las gradas del Juventus Stadium regalaron una cerrada ovación a la estrella madridista, que supo apreciar el gesto. "Lo guardaré para siempre en mi corazón", dijo.
Lo normal es que mañana, desde el mismo momento en el que Cristiano salte a calentar, sienta el calor de su hinchada. El luso, cuya relación con el Bernabéu ha atravesado altibajos, será homenajeado por el estadio entre cuyos muros ha hecho la mayor parte de sus 446 goles de blanco. Una lista que el delantero portugués espera incrementar en el duelo ante el Atlético. Y es que, una vez tomada la decisión de no rotar ante el Atlético pese a la cercanía del duelo ante la Juventus, uno de los objetivos de Ronaldo en esta recta final de la temporada es disputarle a Messi el Trofeo Pichichi. El azulgrana aventaja al madridista en cuatro tantos (26 por 22), pero el estado de forma del 7 blanco le permite mantener la fe.
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