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LOS FRACASOS DEL INDEPENDENTISMO Y DE MARIANO RAJOY.

miércoles 07 de febrero de 2018, 20:49h

Después del numerito que ha ofrecido el President del Parlament, Roger Torrent, aplazando “sine die” la sesión plenaria, donde se tenía que someter a investidura “la candidatura del fugado Puigdemont” a la Presidencia del Govern. Nadie puede poner en duda, que el fracaso del “proyecto independentista”, ha sido total y absoluto.

Y además, la noticia del alquiler de una mansión en Waterloo, donde va a fijar su residencia el “huido de la justicia”, son en su conjunto, actuaciones que han venido a complicar aún más, la puesta en marcha del “Plan constituyente” que habían previsto los tres partidos independentistas, Junts x CAT, ERC y CUP, de llevar a cabo: “la proclamación de la República”, una vez investido ilegalmente Puigdemont, pero que se ha visto imposible de plasmar ante el aplazamiento de la sesión parlamentaria, decidida por Torrent, y la advertencia del Constitucional de que no era posible investidura sin previo conocimiento y autorización del Juez Llarena.

Toda esta situación, no hace sino mostrar el fracaso de los “Proyectos pretendidos y liderados desde Barcelona, Bruselas y Estremera”. Y hoy nadie, con los cinco sentidos, puede poner en tela de juicio ese fracaso.

Y no sirven para nada, ni las visitas a Puigdemont en Waterloo, de diputados de su formación, ni ninguna otra componenda al margen de la investidura que Carles Puigdemont pretende, al margen de que se produzca dicha investidura tal y como ha precisado el Tribunal Constitucional, donde este debería estar presente, y recabar el permiso del juez.

La estrategia política, y muy personal de Puigdemont desde Bruselas, ha fracasado rotundamente. Ni ha venido a dar la cara ante la justicia, ni ha sido elegido “Telemáticamente o por delegación President”, y aún más, ha perjudicado judicialmente a quienes como miembros de su Govern, permanecieron en España, además ha provocado una división interna en el seno de Junts x CAT, entre quienes prefieren nuevas elecciones antes que renunciar a que Puigdemont sea investido.

Además las esperanzas de Junts X CAT y la CUP, de que el Presidente del Parlament, avalase una lectura que permitiese que Puigdemont pudiese ser investido sin estar presente, no han sido posibles por ser vetadas por el Tribunal Constitucional, y además de haber sido rechazada por ilegal por los propios letrados de la Cámara catalana.

Y las propuestas desde la cárcel de Estremera que ha hecho Junqueras, tampoco se han abierto paso. Nombrar a Puigdemont como si fuera “President Honorario en Bruselas” pero proponer a otro, no ilegal, y formar el Govern en Cataluña.

Estamos pues, ante una complicada tesitura, donde ó se presenta otro candidato, independiente ó no, y es investido con vocación y compromiso de gobernar en el marco de la legalidad constitucional, ó si se transcurren los plazos –hoy en cuestión – se tendrá que volver a convocar nuevamente elecciones en Cataluña. Y mientras que estemos, como estamos, la vigencia del 155 seguirá actuando al frente de las instituciones de gobierno en Cataluña.

Por lo tanto, el fracaso evidente del proyecto separatista, no ha servido – y aunque yo espero que pueda servir – a los dos millones de votantes a los partidos independentistas, para reflexionar ante la catastrófica situación que ha creado estos partidos, y en consecuencia opten por modificar el voto de su opción inicial, por el fracaso de la misma. Porque ahí se encuentra la solución de la crisis.

Porque como se ha visto, lo que para Puigdemont y Junqueras y los que como ellos piensan, que la independencia seria un bien superior, cualesquiera que fuesen los costes, “Los resultados, han sido un total y absoluto fracaso”. Cataluña no ha sido transformada en “la Arcadia feliz” con el independentismo

Y aunque hoy, todos los catalanes no lo vean así. Pero la mayoria, aunque sea mucho más silenciosa, pero que en las urnas ha sido y sigue siendo la mayoria, preferiría una solución de tipo federal, ó que mejorase el marco estatutario. En cualquier caso un Govern que actuase en el marco y respeto a la legalidad, y que gobernase para todos los catalanes.

Y mientras que no se produzcan esos cambios en el electorado, hasta ahora de “voto independentista”, tendremos crisis en Cataluña, hasta que llueva hacia arriba. Y mientras tanto, se estará sin gobierno y sin poder elegir a ninguno que gobierne para todos los catalanes, aceptando y no violando la ley, y sobre todo, gobernando pensando en las cosas de comer, en la recuperación económica y el bienestar de todos los catalanes.

Pero estas circunstancias, no evidencian solamente el fracaso del “Proces soberanista”, que hoy afectan a Cataluña, sino también son el fracaso de Mariano Rajoy de su gobierno y de su política. Y no solo, por su “enroque ante la crisis en Cataluña”, - que es un grave problema de cuya responsabilidad no se puede excluir -, sino también por la parálisis de su acción de gobierno ante los numerosos y graves problemas que requieren urgentes soluciones en el país.

Porque los problemas que nos agobian, no están solo en Cataluña, cuya crisis le está sirviendo a Mariano Rajoy para ocultar el enorme tinglado de la “Operación Corrupción de su partido”, e incluso para justificar la situación económica, alegando que las cosas son como son, por culpa de los “independentistas”. Con el permanente recordatorio de que “la Ley es la Ley” y “la defensa de la unidad territorial”, Rajoy solo está mostrando su agotamiento político como Presidente de un Gobierno también obsoleto, que urge acabar con ambos, por el bien de todos los españoles.

Desde la ley, se puede y se deben de tomar medidas que vengan a abordar las soluciones de los numerosos problemas, que hoy padecemos los españoles, pero Mariano Rajoy no opta por ninguna medida para solucionar los inaguantables e injustos problemas que sufrimos. Sin embargo ya ha anunciado su voluntad de presentarse a las elecciones del 2020.

Es verdad, que el salario mínimo ha subido, pero en mi opinión, con una cuantía insuficiente. Las pensiones han sido incrementadas con el vergonzoso 0,25% mientras que el IPC ha sido del 1,2%. Cerca de 3,7 millones de trabajadores cobra menos de 300 € al mes. Y hay un aumento del trabajo precario, que ha llegado al 35%, siete puntos más que antes de la crisis, y el 40% de los jóvenes está sin trabajo.

¿Qué está pasando en España? Pues una situación muy complicada, porque la tasa de consumo, está creciendo más que el PIB y ello quiere decir que la gente está des-ahorrando.

Y el Sistema de pensiones, tal y como está concebido no se sostiene.

Los salarios medios no están creciendo en la proporción que sería necesario para cubrir los gastos de pensiones que se necesitan, lo que ha producido al cierre del año 2017, un déficit de la Seguridad Social de 18,600 millones de euros.

Es un problema de número, los ingresos no pueden cubrir los gastos. Y es absolutamente imposible que un trabajador, tenga una pensión equivalente a las cantidades cotizadas.

Cuando en Europa, se puso en marcha los Sistemas de Pensiones, después de la II Guerra Mundial se partía de unas situaciones hoy desaparecidas: 1º Había pleno empleo del factor trabajo. 2º Los salarios crecían en función de la inflación, y 3º donde la esperanza de vida, tras la jubilación era de 10 años después de la jubilación.

Pero esas circunstancias han desaparecido: El pleno empleo, ya no existe y tenemos un permanente paro estructural con serias amenazas de ampliarse. Los salarios ya no se aumentan según la inflación, y la esperanza de vida después de la jubilación está en 20 años después de la jubilación. “Por lo tanto, con esas realidades, no hay Sistema Público que se sostenga”.

Por esas causas, la reforma del Sistema Público de Pensiones, no puede contemplar ni con el alargamiento de la edad para la jubilación, ni incrementos que supongan una pérdida del poder adquisitivo de nuestras pensiones, ni la creación de planes privados de Pensiones.

La crisis no está superada, ni muchísimo menos en España, aunque parece que se ha inventado un lenguaje nuevo ó palabras que tenían un significado, ahora se lo hemos cambiado.

Decir, como dice Mariano Rajoy, que hemos salido de la crisis, porque se aumente el PIB, es un error, una falacia, porque la tasa de pobreza en nuestro país, es hoy la misma que teníamos en el 2006, y donde el 40% de los jóvenes están en paro.

Claro que se pueden aumentar los salarios, porque si se aumenta el PIB, los beneficios de las empresas crecen y se pueden aumentar los salarios, y con ello incrementar el consumo y la capacidad de deuda también. Y eso va a ser causa a su vez, para que el PIB siga creciendo.

Sin embargo el problema de España en su conjunto, es que Mariano Rajoy ha apostado por mantener una competitividad en base a reducir los últimos años, los costes salariales. La competitividad en España, no se ha alcanzado mediante el aumento de las inversiones. Por eso, el record de las exportaciones no se ha obtenido por realizar más inversiones y más capital, sino porque los salarios son “ultrabajos” y “la capacidad de despido es tremenda”.

Mariano Rajoy, ha conseguido un logro que Bismark, le echaría a patadas en el culo, del panteón de grandes estadistas en Europa. Porque ha construido un país de trabajadores pobres, no un país de pobres, sino un país de trabajadores pobres. Donde los españoles, a los que les suena el despertador a las 6 ó las 7 de la mañana para ir a trabajar, se levantan – la inmensa mayoria – para ir a ganarse su pobreza.

Por todo ello, a Mariano Rajoy, también le ha llegado “Su hora”, porque el fracaso de sus políticas así lo requiere.

Los españoles necesitamos una Reforma del Sistema Público de Pensiones que permita garantizar su existencia mediante la consecución de mayores ingresos, vía de un mayor empleo y salarios más elevados, y unos impuestos a la banca, como viene exigiendo Pedro Sánchez en la campaña de Asambleas abiertas que el PSOE está llevando a cabo a lo largo y ancho del país. Y entre esas medidas, a mi me parece necesario y conveniente por justicia retributiva, que no se siga pagando el IRPF por la percepción de las pensiones de jubilación, ya que en su día cada trabajador ya pagamos el IRPF de sus salarios.

Los sindicatos CC.OO y UGT deberían situarse ¡YA! para ocupar el liderazgo en la organización de las grandes protestas que hay que desarrollar en nuestro país, cuanto antes mejor. Porque las fotos con la Ministra Báez, con ocasión del miserable incremento del Salario Mínimo, no sirven para nada. Hay que ponerse a organizar las movilizaciones que culminen con la Huelga General en defensa de todas nuestras reivindicaciones: Empleo, Salarios dignos, Mayor protección a los parados, Reforma del Sistema de pensiones, Derogación de la Reforma Laboral del PP, Igualdad salarial para hombres y mujeres con el mismo empleo, Contra la Corrupción y un financiación justa a las Comunidades Autónomas, entre otras.

Porque ni de la crisis en Cataluña, ni de la crisis del gobierno de Mariano Rajoy, se podrá salir sin las movilizaciones que lo exijan. Hacen falta gobiernos en Cataluña y en España, pero Gobierno no independentistas en Cataluña, ni de la derecha de siempre con otras caras, en la Moncloa. Hagámoslo saber.

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