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UNA DECIDIDA CATALUÑA CON MIGUEL ICETA.

martes 19 de diciembre de 2017, 16:39h

Cuando faltan tan solo dos días para que el 21-D, los catalanes decidan con su voto, el presente y el futuro que quieren para Cataluña. Solo el voto decidido a una Cataluña en su empeño de recuperar la convivencia, el retorno de las empresas y la razón como instrumentos fundamentales para recuperar lo que preconiza Miquel Iceta, necesita de la participación máxima de todos los electores y que los resultados de ese día favorezcan inequívocamente al líder socialista.

Porque ese es – en mi opinión y en la de millones de catalanes – el objetivo de estas elecciones autonómicas: Superar la fractura social, la recuperación de la economía y su desarrollo, frente al caos y el desastre a que le ha llevado los independentismos, y la apatía del Gobierno de Mariano Rajoy, a Cataluña.

Y el 22-D necesita que los resultados de las urnas permitan pasar en Cataluña del clima de la desesperación a la tranquilidad, y de la incertidumbre a la seguridad y al desarrollo del catalanismo de siempre sin frentismos entre buenos y malos catalanes.

Porque la situación en Cataluña es excepcional, y cuyos autores los partidos independentistas de Puigdemont y Junqueras que han propiciado ese escenario dramático, no son, ni pueden ser, los que vuelvan a repetir sus únicos objetivos: “La independencia y la creación de un Estado propio en forma de República”.

Por esa razón, el independentismo “hoy fragmentado en su fracaso, y confrontado entre Puigdemont en su condición de fugado, y Junqueras encarcelado, tras el fracaso del “Proces”, disputándose quién debe de ser el nuevo President, no pueden ser la alternativa, ni el uno, al otro, ni ninguno de los dos al frente del nuevo Govern.”

Y es por ello, que el independentismo las tiene todas consigo, para perder la mayoria parlamentaria en base a los hechos, y sobre todo porque una parte importante de sus votantes de antaño, hoy ya son conscientes de las mentiras que les han contado para llegar a la realidad que ha creado “El proces”. Y si quieren recuperar la confianza de los agentes económicos y la convivencia entre catalanes, es hacer lo imposible posible, que el conflicto catalán, no se repita: “Es decir no votar ni al partido de Puigdemont, ni al de Junqueras.”

Y una alternativa, sin revanchas ni espíritu de alimentar las confrontaciones, es la que está presentando Miquel Iceta, líder del PSC contrario a la independencia, pero que está ofreciendo el catalanismo moderado y su capacidad política para iniciar una fase de superación de las “Falsas historias” que desde el PDeCAT y ERC han estado contando para presentar a España y los españoles como “Los explotadores de la sufrida Cataluña”.

Mientras que quienes han creado el caos económico y social en la sociedad catalana, a 48 horas de las elecciones están recurriendo, a “Más mentiras” al afirmar que si son los partidos de Puigdemont y Junqueras quienes ganan en estas elecciones, no irán a la cárcel. Mentiras las han contado, y en demasía, pero este recurso de Junts per Cataluña como de ERC para lograr los apoyos electorales que están perdiendo, son recursos de dudosa realización. Porque los delitos por los que están imputados por el Tribunal Supremo, están siguiendo su curso, y cuando llegue el día del juicio, las sentencias de los Magistrados, solo van a indicar una sola dirección a los imputados: La cárcel.

Y pretender, el hacer creer como están haciendo los independentistas, de que si obtienen los votos favorables, volverán a formar el Govern y el Parlament, precisamente con la vuelta de Puigdemont a ser President, es más que un falso recurso electoral, una especie de cuento chino, que no se lo van a creer ni los catalanes ni los Magistrados del Tribunal Supremo que los juzgará y condenará con total independencia – ahora sí – de los votos más o menos que hayan obtenido las candidaturas de “delincuentes” que en su mayor parte constituyen las candidaturas de quienes pretenden volver a un “Proces II”.

Les vote quien les vote, todos los imputados por los delitos que les han atribuido desde el Tribunal Supremo, no les van a librar de las condenas que les impongan en su día los magistrados. Una razón de más, para que los intentos de levantar falsas expectativas sea un motivo añadido a las consecuencias nefastas que han provocado en la sociedad catalana los Puigdemont, Junqueras, Forcadell y Cia, por las que no hay que votar a los “Culpables de la crisis que han provocado en Cataluña”.

Porque aunque algunos dirigentes independentistas creyeron que “la Independencia y la República” iban a constituir la “Arcadia feliz en Cataluña”, el fracaso ha sido absolutamente total. Y ahora, pese a ello, no pueden seguir viviendo de la misma historia y tratando de hacérselo creer a otros, de que “España nos roba y que los catalanes buenos son los independentistas”.

Por todo ello, en las pocas horas que faltan por transcurrir hasta la cita con las urnas, lo que debería suceder – en mi opinión – por el bien de los catalanes, y de Cataluña, es que se reafirmase la voluntad de ir a votar la inmensa mayoria de catalanes, por el voto mayoritario a favor de Miquel Iceta, y no solo, porque ha desarrollado una serie de propuestas sensatas y necesarias, sino porque hoy es la única alternativa política capaz de sacar a Cataluña de la encrucijada política, economía y social creada por el “separatismo independentista y el inmovilismo de Mariano Rajoy”.

Y ese apoyo decidido a Miquel Iceta, es necesario por varias razones, entre las que se encuentra hoy por hoy, las dificultades que las encuestas están anunciando para formar el Govern, con unos miembros impugnados por el Tribunal Supremo, de las candidaturas de Junts y ERC cuyo futuro más inmediato será el cumplimiento de las condenas que les imponga. Y por otro lado es que ó hay un voto mayoritariamente socialista o no va a ser posible configurar ningún pacto para formar Govern, ya que el independentismo está tan fracturado desde sus liderazgos que es impensable cualquier pacto de un Govern estable y dispuesto a respetar las normas democráticas.

Y los comunes con la imposibilidad de sus “sueños de bisagra”, tampoco van a propiciar ningún acuerdo “No votaremos a un Gobierno donde este Carles Puigdemont ó Enes Arrimadas ó que coquetee con el PP”, más bien su apuesta seria un pacto con ERC y PSC.

Junts per Cataluña, que veta a ERC, porque su plan es una fantasía – después de lo que ha hecho Puigdemont - de que sea este el futuro President del Govern en el exilio.

Mientras que ERC está más que dividida, tiene tres portavoces distintos y con ninguna capacidad de convicción ninguno de los tres, pero que no van a investir a Puigdemont si ganan - eso creen desde ERC –

Y la CUP desde su radicalismo fantasmagórico que vota por romper el bloque soberanista – más aún – vetando a la derecha del PDeCAT y defendiendo como premisa la República.

Y desde Ciudadanos, Inés Arrimadas que está vetando cualquier integración de los independentistas y no cuenta con los Comunes, ni con el PP, tampoco tiene en su mano la posibilidad de pactar para gobernar.

Este escenario a pocas horas del 21-D requiere que dadas las circunstancias, solo las mayorias absolutas o un resultado mayoritario de Miquel Iceta pueden ser el inicio de la recuperación de la Cataluña que los catalanes necesitan.

Porque ya no existe el “Bloque independentista”, está roto, el fracaso los ha roto, ni hay una opción independentista que no este cuestionada por el radicalismo de la CUP y vetada por los Comunes.

Y el PSC, ya lo ha dicho Iceta, “Descartamos un acuerdo con ERC. Ni yo la voy a apoyar ni ella a mi”. Y si también veta claramente al PDeCAT ó a la CUP, yo no veo posibilidades de investidura ni de acuerdo de gobierno con ninguno de los partidos independentistas.

Así que, o se produce una amplia mayoria en las urnas a la candidatura socialista de Miquel Iceta, o vamos a constatar una segunda vuelta donde la agravación de los problemas generados por el independentismo, será desgraciadamente un realidad.

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