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Iceta no quiere en su campaña a Susana Díaz

Iceta no quiere en su campaña a Susana Díaz

Iceta quiere ser presidente y llevar a Susana resulta un lastre.

Será la primera vez que la presidenta andaluza no participa en una campaña electoral en Cataluña. Siempre se dijo que Barcelona era la novena provincia andaluza.

Todos los presidentes de la Junta solían hacer campaña en todas las elecciones, incluida las generales. Pero esta vez, Díaz se quedará en Andalucía, el cinturón rojo es ahora naranja y una jerezana, Inés Arrimadas, se ha convertido en la voz de los cientos de miles de españoles que se sintieron abandonados por el PSC en los tiempos de los presidentes Montilla y Maragall. Susana Díaz podría ser un buen contrapeso a Arrimadas, pero las interferencias serían terribles. La presidenta andaluza se ha convertido en un subgénero periodístico en Cataluña, siempre se sitúa a la contra de Iceta y de sus propuestas fiscales. Ni desea una quita de la deuda para las comunidades, y menos sólo para Cataluña, ni la división de la Hacienda estatal en 17 entidades que resten capacidad al papel redistribuidor del Estado.

A la sultana andaluza no le ha sentado nada bien, más si cabe al ver como Ximo Puig y Pedro Sánchez si lo hacen. Aunque la presencia de Pedro Sánchez ha bajado también este fin de semana ha viajado a Lérida y Tarragona.

El resto de dirigentes andaluces sí ha viajado a la comunidad. Juanma Moreno, estuvo en el Prat con Xavier García Albiol, Teresa Rodríguez participó en un debate sobre plurinacionalidad y Juan Marín saltará algunos días para estar junto a Arrimadas.

La campaña catalana también tiene una importante derivada nacional. Para todos los partidos. Miquel Iceta se puede convertir en el contrapeso a Susana Díaz en el equilibrio que mantiene Ferraz con los barones territoriales. Susana Díaz aceptaría cierta singularidad de Cataluña en una futura reforma de la Constitución, pero siempre que ello no significase ninguna ventaja económica. La presidenta de la Junta se está preparando para un debate intenso dentro de su partido, pero ya ha advertido que adoptará una postura contraria al PSOE si éste opta por soluciones fiscalmente favorables para Cataluña. No quiere oír ni hablar de la nación de naciones y hasta la reforma constitucional le parece ahora mucho menos urgente que el nuevo modelo de financiación autonómica.

En el escenario interno, Susana Díaz e Iceta también están distantes. Díaz obtuvo un resultado muy malo en las elecciones primarias en Cataluña y uno de sus aliados, el alcalde de Gimenells, Dante Pérez, se marchó del PSC por la inclusión de ex dirigentes de Unió en las listas. Tanto se enfadó que se ha marchado al PP y es hoy el número dos por Lérida a estas elecciones. Sin embargo, Iceta y Susana Díaz no se llevan mal en lo personal. Bueno, con Iceta casi nadie se puede llevar mal. Con motivo de las primarias, el líder catalán viajó hasta Sevilla para garantizarle a Susana Díaz que la dirección del PSC sería neutral en la elección interna. Con ello consiguió que los andaluces levantaran un veto al PSC que hizo peligrar su participación en las primarias.

Son partidos diferentes y sus diputados venían de una sesión de investidura a Mariano Rajoy donde rompieron la disciplina de voto. Su posición fue más grave que la de otros díscolos, ya que lo hicieron invocando una decisión de la ejecutiva nacional catalana. Aquello estuvo a punto de provocar que los militantes del PSC fueran excluidos de las primarias del PSOE, pero el gesto de Iceta con Susana Díaz y los acuerdos a los que llegaron con Ferraz frenó el veto.

Sin embargo, Iceta no fue neutral en las primarias. O no hizo falta que diese indicaciones. Cuentan que Susana Díaz intuyó la traición del catalán en el justo momento en que salió de su despacho de la sede de la calle San Vicente.

Para Iceta Susana quita más que da y por ello mejor que no acuda.

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