Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel pidió ayer en el último día del juicio por la primer época de actividades de la trama Gürtel, quedar libre para poder colaborar a fondo con la Fiscalía Anticorrupción en todas las causas aún pendientes.

Correa defendió su inocencia catalogando la vista y la acusación a su persona de juicio político. Durante más de media hora, el principal acusado de un juicio que se ha prolongado durante varios meses, ha defendido su inocencia y reivindicado que es una víctima.

Lo anecdótico es que también ha calificado como víctima al juez que le investigó, a Baltasar Garzón, para el que ha pedido el indulto. "Solicito el indulto del juez Baltasar Garzón, ha sido injustamente inhabilitado. Es una víctima más como yo de una causa con tintes políticos y no jurídicos", dijo sin rubor.

"Quiero hace un ofrecimiento al Ministerio Público. Total colaboración en todas las causas. Si tengo que estar reunido durante semanas para aclarar todas las causas pendientes lo haré pero me gustaría ir por mis propios medios y no trasladado desde la cárcel", ha lanzado a la vez que defendía que esto supondría un ahorro de dinero para el Ministerio Público. Un chantaje puro y duro de alguien que si de erdad quiere colaborar con la justicia no debería poner condiciones, más si cabe cuando los beneficios vienen por añadidura para aquellos que colaboran y que jamás deben ser una condición.

Visiblemente desmejorado ha querido emplear este último as ante el tribunal. "Mis empresas no se han creado para trabajar para el PP y para delinquir", ha dicho y reconocido que cometió irregularidades en la facturación a petición, precisamente, de personas de ese partido. "Existieron irregularidades: si para cobrar tengo que facturar a Donald Trump, pues facturo a Donald Trump. Eso es una práctica habitual", se ha justificado.

Niega así mismo haber liderado una organización criminal y se ha definido como un lobbysta "Si hubiera montado una organizacion criminal habría contratado criminales: Habremos cometido errores por haber tratado con una partido político", y ha dicho que su labor era similar a la de los lobbys y en uso legítimo de sus relaciones e influencias."No he pagado una peseta ni un euro al señor que adjudicaba",

"Si lograba que mis influencias funcionaran, conseguía un porcentaje. Algo parecido a lo que hacen ministros o expresidentes del Gobierno trabajan en países latinoamericanos y de Oriente Medio o los equipos de fútbol a través de sus palcos. Es importante que el tribunal y la Fiscalía lo entienda. Me pagaba la empresa privada. en ningún momento el Ministerio u otro organismo", ha insistido.

La Fiscalía pide para Correa 125 años de cárcel a pesar de sus ofertas de cooperación y su declaración inculpatoria a lo largo de la vista oral. Lo peor ha enido de su esposa.Hoy ha tenido que escuchar como la defensa de su esposa, Carmen Rodríguez Quijano, le acusaba, a través de su abogado de mentirla a ella y todos.