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El declive de la Zarzuela
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El declive de la Zarzuela

El declive de la Zarzuela

El declive de la Zarzuela
miércoles 15 de noviembre de 2017, 10:57h
Aquel palacio lleno de vida es hoy un edificio solitario.

El palacio de la Zarzuela, el lugar elegido por Don Juan Carlos y Doña Sofía para su familia encierra entre sus paredes grandes misterios.

La Zarzuela ha sido la casa de la monarquía española desde que esta se instauró tras la dictadura.

Doña Sofía y don Juan Carlos llegaron con sus maletas en el año 1962. Pero si el palacete hablara contaría lo sucedido tras sus paredes, donde no todo han sido alegrias, pues ha habido también problemas, discusiones familiares, encuentros y desencuentros además de emociones propias de cualquier familia. Pero el recuerdo que impregnan sus paredes le han convertido en un edificio fantasmal.

Los mejores años de la vida matrimonial de Juan Carlos y Sofía se desarrollaron entre los muros de este palacio. Allí nacieron sus tres hijos. Los entonces príncipes soñaron allí que llegarían a ser reyes. Allí crearon un imperio de la nada. Cuando la ocuparon llegaron con una mano detrás y otra por delante, hoy ya no se puede decir lo mismo.

El mérito es de Doña Sofía, fue ella la que hizo de aquel palacete, una casa refugio donde criar y educar a sus vástagos. La convirtió en una casa normal en la que todo el mundo era bienvenido. Sus hijos se criaron con toda la libertad y las puertas de palacio siempre estuvieron abiertas para recibir a los invitados. Ella era el alma de la casa. Eran años felices hasta que su matrimonio se rompió. No obstante de puertas hacía afuera, la reina supo mantener la imagen de unidad, pero con la abdicación de Juan Carlos y los escándalos que han salpicado a la familia real se hacía difícil mantener dicha unidad. El rey Juan Carlos decidió mantenerse al margen y escapar de todo. Las infantas ya no eran bienvenidas a la casa que les vió crecer y aquel hogar pareció estar maldito.

La casa ha pasado de vivir una época de esplendor a ser un edificio fantasmal. El rey emérito duerme allí cuando está en Madrid. Sofía pasa largas temporadas en Londres y la casa está vacía, sin vida. Comedores vacíos y habitaciones cerradas para siempre, solo se e por el palacio el personal que lo cuida.

Hace unos años se reconstruyó la planta de la casa. Sofía y Juan Carlos habían llegado al punto de querer estar más separados el uno del otro. Se crearon dos plantas separadas a partir de las habitaciones que antes habían compartido. Sofía dispone de su propio espacio y no coincide con su marido. Viven o vivián en un mismo edificio pero separados el uno del otro.

El único que la visita es su hijo. Ni sus nueras ,ni sus nietas lo hacen. Dicen que Felipe emprende a pie el camino que le lleva desde su residencia hasta aquella en la que viviera. Allí comparte mesa con su madre.

Un palacio de cientos de metros cuadrados se ha quedado reducido a un simple despacho. No obstante quién más isita el palacio es el rey que tiene allí su despacho. Es el lugar en el que el rey Felipe VI trabaja. Es cuando unicamente hay vida en el palacio.

Pasado el horario laboral todo se queda a oscuras. Las puertas se cierran y nadie las ocupa. El personal de seguridad se encarga que nadie entre a la espera de que otra familia real vuelva a ocuparlo.

Letizia apenas va por allí, prefiere su hogar, la mansión que les construyeron y que dista apenas cuatrocientos metros del palacio.

El Príncipe Felipe buscó su propia independencia antes de casarse. Se trataba del heredero a la corona que no podía estar muy lejos de sus padres. Para tener un poco de intimidad se construyó su propia casa.

El llamado Pabellón del Príncipe se encuentra a unos metros del palacio de la Zarzuela. Tardó dos años en construirse y se diseño siguiendo los gustos de Felipe y su madre. Un total de 1800 metros cuadrados, eran el pisito de soltero del príncipe. Ahora es la casa real de Letizia y de su familia, inccluida su madre, que se encarga de la educación de las infantas, pero no de Doña Sofía a la que no le permiten ver a sus nietas.

El pabellón costó en su día 4,3 millones de euros de las arcas públicas, es decir con el dinero de todos. Pero no se hagan ilusiones , aunque la hayan pagado ustedes, la casa es de Felipe. En 2002 el joven príncipe reclamó su espacio personal, hizo las maletas y se traslado hasta su mansión. Si ustedes la quieren ver pueden hacerlo, pero por foto.

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