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INFLINGIR DOLOR, por Juan Saborido Gago

INFLINGIR DOLOR, por Juan Saborido Gago

“Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creo.” (Albert Einstein)

jueves 14 de diciembre de 2023, 09:14h
INFLINGIR DOLOR, por Juan Saborido Gago

Vivimos tiempos complejos, y es por eso, por lo que creo que nos tenemos que esforzar, al menos deberíamos intentarlo, para llegar a obtener un estado de consciencia mayor para poder profundizar en las razones que hacen que nos encontremos sumidos en una locura colectiva.

INFLINGIR DOLOR, por Juan Saborido Gago
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Estamos ante un nuevo paradigma, ya que tendríamos que salir de las seguridades en las que la sociedad se haya instalada para lanzarnos en la búsqueda de nuevos ámbitos de realidad, para poder afrontar las desastrosas diatribas y oposiciones en las que nos encontramos, para llegar a obtener realidades que integren.

Nuestra realidad, con los actuales niveles de avances tecnológicos en comunicación, nos hacen estar aún más interconectados que en siglos pasados, pero paradógicamente, observamos como cada vez nos alejamos más unos de otros en un individualismo feroz.

Una realidad doliente.

“Quien mata a un inocente es como si matara a toda la humanidad, y quien salva una vida, es como si salvara a toda la humanidad” (Corán 5,32)

No es lo mismo tener que sufrir un dolor por un accidente o por una enfermedad que causar un dolor a otra persona de forma deliberada. Todos sabemos que nadie desea tener o padecer ningún tipo de dolor, pero nuestra historia está llena de actos que han causado y que causan no sólo dolor sino un sufrimiento inimaginable y lo más infame es la muerte no deseada de infinidad de inocentes.

Uno de las causas que provocan un inmenso dolor son las guerras. Para legitimarlas el ser humano se las ha ingeniado en generar motivaciones de lo más variadas e inverosímiles como cuestiones territoriales, económicas, culturales, religiosas, ideológicas, etc. Una de las más curiosas e incomprensibles, es, el deseo expansionista, todos los países han tenido este deseo que se podrá tratar como algo patológico y enfermizo. Tenemos los casos de los imperios, el romano, el almorávide, el macedonio, el español, el francés, el inglés, y así un largo etc. Somos seres que, a pesar de nuestra debilidad, somos extremadamente violentos.

Actualmente tenemos infinidad de hechos que causan, no sólo dolor, sino un sufrimiento inimaginable, las actuales guerras como la invasión de Rusia a Ucrania, la de Israel contra Palestina, y aquellas otras que no aparecen en las noticias, son ejemplo de que no hemos aprendido nada. En este sentido, el filósofo, matemático, físico, inventor y teólogo francés Blaise Pascal, dijo al respecto del ser humano “¿Puede haber más ridículo que la pretensión de que un hombre tenga derecho a matarme porque habita al otro lado del agua y su príncipe tiene una querella con el mío, aunque yo no la tenga con él?”, y concluía refiriéndose a la humanidad en 1658 con este pensamiento “Los humanos son la gloria y la escoria del universo.”

Hoy se intenta justificar, de mil formas, las atrocidades que cometemos contra nosotros mismos, pero en realidad son injustificables, ¿por qué digo esto? Porque no hay justificación que valga al menos para un comportamiento humano contrario a su esencia, en este mismo sentido el jurista romano Emilio Papiniano lo afirmaba diciendo “Es mucho más fácil cometer un parricidio que justificarlo” y en la guerra se comete infinidad de crimines contra los valores y derechos humanos.

¿Cuáles son las causas que inducen al ser humano a actuar de este modo?

Podríamos reducirla a una sola causa o posible causa: lo irracional de un egocentrismo enfermizo, que serían la fuente y origen de todos los males, como lo son las ideas religiosas, o el creer que todo tiene que estar unificado en un pensamiento único.

Sus consecuencias son terribles, la destrucción masiva de vidas humanas la mayoría de ellas inocentes, consideradas con un calificativo tan obsceno como “daños colaterales”, bajo el interés de unos pocos, “Iluminados”. En este sentido existe un libro titulado “De animales a dioses” del escritor, filósofo e historiador israelí Yuval Noah Hariri, que presenta la historia de nuestra humanidad desde sus inicios hasta los radicales avances de las tres revoluciones, que pueden leer para vislumbrar un recorrido concreto e histórico.

No existe un mal externo que nos amenace, somos los únicos animales que nos destruimos a nosotros mismos considerándonos una amenaza, es incomprensible.

Todo se encuentra interrelacionado entre todas las cosas.

“La persona que abandona el error de la posesividad, libre del entendimiento del yo y de mí, alcanza la paz perfecta.” (Bhagavad Gita 2,71)

No podemos pensar y menos aún creer que lo que ocurre en el otro extremo del mundo no nos afecta, porque no es así, todo tiene su efecto y nos afectara de una u otra manera. En este sentido el budismo, trata de ayudar a desarrollar, entre otras cosas, la consciencia de interdependencia entre todas las cosas para conducirnos, por un lado, a la sabiduría, que consiste en ser capaces de captar la infinidad de relaciones que existen con los demás seres humanos y nuestro entorno, y por otro lado la compasión, que nos lleva a respetar y venerar a cada ser viviente que convive con nosotros en esta casa común.

Por tanto, existe una propuesta y es salir del egocentrismo que nos destruye, para abrirnos hacia nuevas formas de convivencia, ya que las actuales no están dando las respuestas adecuadas a los nuevos retos. Esto nos llevaría a potenciar y apasionarnos por el don de la vida, a sentir compasión, porque así se posibilitará un paulatino proceso de cambio radical en las relaciones entre nosotros y por ende con el resto del mundo, favoreciendo una mayor empatía hacia los demás. En este sentido quiero recordar que la Tierra es una casa común, no de unos pocos.

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