Fue el 3 de enero de 2019 cando en la cara oculta de la Luna aterrizó el módulo de aterrizaje Chang'e-4, con el iba el rover Yutu.
Durante los ocho días los científicos chinos llevaron a cabo un experimento vital en el que se intentó cultivar las primeras plantas en la Luna.
Para ello transportaron semillas de algodón, papa, arabidopsis y colza, junto con huevos de mosca, levadura y 18 ml de agua, todo ello una presión atmosférica constante.
Ahora un estudio ha sido publicado por un equipo de científicos chinos, en el cual se analiza el experimento, sus resultados y sus posibles implicancias para futuras misiones a la Luna, Marte y otros lugares del espacio profundo. Estos resultados serán de ayuda para diseñar el futuro sistema bioregenerativo de soporte de vida (BLSS), el cual será vital para los hábitats y las misiones más allá de la órbita terrestre baja (LEO).
Las plantas, a pesar de la intensa radiación, la baja gravedad y la luz brillante prolongada en la Luna, demostraron su capacidad para crecer, según las conclusiones del experimento.
El 20 de junio se compartieron los resultados de sus análisis en dos artículos publicados en Microgravity Science and Technology y el 17 de octubre en Ata Astronautica, respectivamente.
Es esencial cultivar plantas en los hábitats lunares, marcianos y espaciales debido a múltiples razones. Proporcionarán una fuente de nutrición y reducirán la necesidad de repostar en las misiones, además de eliminar el dióxido de carbono y proporcionar oxígeno fresco. También contribuirán al reciclaje de residuos y ayudarán a mejorar la sensación de bienestar de las tripulaciones.
Con el paso del tiempo, un sistema biorregenerador puede reponerse a sí mismo, a diferencia de los sistemas convencionales de control ambiental y soporte vital (ECLSS), que se basan en componentes mecánicos que acaban averiándose y deben sustituirse.
"Los experimentos para cultivar plantas en un entorno fuera de la Tierra son muy importantes, ya que constituyen el primer paso para establecer una base de supervivencia y satisfacer la necesidad de utilizar los recursos in situ para la producción de oxígeno y alimentos".
El BEP, diseñado principalmente por Xie Gengxin, catedrático de Ingeniería Medioambiental de la Universidad de Chongqing.
El funcionamiento de un BLSS aún no se sabe cómo afectará el entorno natural de los cuerpos extraterrestres. Esto hace que la tecnología BLSS sea ideal para misiones en el espacio profundo, donde las oportunidades de reabastecimiento de combustible serán pocas y espaciadas.
Se obtuvo información valiosa durante el experimento, según Xie, aunque el tiempo total empleado fue de nueve días en lugar de los cien previstos. Xie señaló que aún no se ha evaluado la seguridad de las plantas que crecen en las condiciones naturales de luz solar y radiación en la Luna.
Construir hábitats que puedan albergar invernaderos y experimentos con plantas es una de las mejores maneras de garantizar un suministro constante de alimentos, aire respirable y salud (física y mental) para la tripulación.
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