Un terremoto de magnitud 6,8 sacudió el centro de Marruecos, dejando al menos 296 personas muertas y más de 150 heridas. El epicentro se ubicó al suroeste de Marrakech, causando daños en edificios y obligando a la gente a huir. Se teme que las cifras aumenten y la identificación de víctimas en áreas remotas sea difícil.
A las 11:11 pm, hora local, el centro de Marruecos fue azotado por un fuerte terremoto de magnitud 6,8.
Según el Ministerio del Interior del país, se reportaron más de 150 heridos y al menos 296 víctimas mortales.
Las autoridades, en un breve comunicado, afirmaron que según un informe provisional, 296 personas perdieron la vida en las provincias y municipios de Al Haouz, Marrakech, Ouarzazate, Azilal, Chichaoua y Taroudant.
A medida que avanza el día, se teme que las cifras aumenten.
A una profundidad de 18,5 kilómetros, el epicentro se ubicó al suroeste de la ciudad de Marrakech, a una distancia de 71 kilómetros.
Calles cubiertas de escombros y edificios colapsados.
La gente, alarmada, se ve huyendo.
Según lo informado por un residente, ha habido derrumbes en algunos edificios de la ciudad vieja de Marrakech.
En caso de que se presenten réplicas, los lugareños decidieron quedarse fuera de sus casas.
Un "temblor violento" fue sentido por otro hombre que se encontraba en la ciudad histórica, quien también observó "edificios en movimiento".
Abdelhak El Amrani le dijo a la agencia AFP que la gente se encontraba en estado de shock y pánico, con los niños llorando y los padres angustiados.
Durante diez minutos, las líneas telefónicas y la electricidad estuvieron cortadas, según afirmó.
Una familia quedó atrapada entre los escombros de una casa derrumbada, según informó la agencia de noticias francesa. Además, se reportó que varias personas fueron trasladadas al hospital.
En una zona remota de las montañas del Alto Atlas ocurrió el epicentro del terremoto, y según informes, también se sintieron temblores en la capital, Rabat, a unos 350 kilómetros de distancia, así como en Casablanca y Essaouira.
No se puede descartar la posibilidad de que las edificaciones situadas en los pueblos de montaña, cercanos al epicentro, no hayan sobrevivido. La identificación de víctimas en esa zona se ve dificultada debido a su ubicación remota.
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