La gestión para la publicación del vídeo en el que Rubiales pide disculpas, por exigencia directa del Ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, sigue generando el rechazo de gran parte de la sociedad.
La accion de Rubiales no deja en buen lugar al presidente de la Federación Española de Fútbol que debiera ser ejemplo.
El caso del beso de Rubiales y Jenni Hermoso ha traspasado fronteras y se habla de este asunto más incluso que de la consecución del campeonato mundial obtenido por el equipo nacional de futbol femenino español.
"El presidente Luis Rubiales le rogó a Jenni Hermoso que saliera con él en un vídeo que grabarían en el aeropuerto de Doha pidiendo disculpas y explicando lo que había sucedido en la entrega de premios", ipero la delantera se negó a participar en dicho vídeo, ya que fue besada por el dirigente sin su consentimiento.
Ante esto Rubiales echó mano del seleccionador. Jorge Vilda, intervino después de la negativa de Hermoso e intentó mediar con la familia de la futbolista, que viajaban en el chárter, para convencerlos de que lo mejor para solucionar la crisis era que Jenni se pronunciara públicamente junto a Rubiales y restara importancia al asunto. Sin embargo, tanto la futbolista como su familia se han mantenido firmes en su postura de no volver a hablar del incidente y solo celebrar la consecución del título mundial.
Rubiales y el seleccionador Jorge Vilda se ven aún más perjudicados por una maniobra que habrían llevado a cabo para minimizar el impacto del beso del directivo a la futbolista. Además, esto ocurre al mismo tiempo que el presidente Pedro Sánchez, la vicepresidenta Yolanda Díaz y el Partido Popular, entre otros, exigen depurar responsabilidades.
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