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“UN TUFILLO ELITISTA”, por Rosario Segura

“UN TUFILLO ELITISTA”, por Rosario Segura
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viernes 18 de agosto de 2023, 10:06h

En el mundial femenino de futbol, la mujer española está mejorando de manera considerable y la figura de la mujer es noticia internacionalmente, sin embargo, cuando desde el mundo político se aborda el tema femenino queda en entredicho el concepto que tienen de las mujeres. Así lo pusieron de manifiesto los políticos, tanto de la diestra como de la siniestra; ni hombres ni mujer quisieron mojarse, cuando se les preguntaba que era una mujer. ¡Hasta dónde llega la ideología!

En el caso de los deportes lo que queda claro y la experiencia lo avala, es que el juego segregado por sexos funciona y bien. Es lo más justo, a tenor de las características biológicas (hormonas) que influyen y de qué manera en el cuerpo sea hombre o/y mujer.

Desde hace décadas ¡cómo nos bombardea la propaganda ideológica! que ya hasta las muñecas, como Barbie, claman por los derechos de convertirse en lo que quieran, por el simple impulso del deseo. Una libido que se deja influenciar claramente por la filosofía de Judith Butler, así como la corriente queer. El hecho de identificarnos con ser hombre o mujer queda relegado a la interacción entre lo subjetivo y lo objetivo, en donde los roles costumbristas tienen mucho que decir.

Creo que esta concepción puede cuestionar la posibilidad de tener una identidad coherente, y discrepo. Soy más de la opinión de que la identidad no solo se basa en el deseo y el sentimiento subjetivo, sino también en el reconocimiento de los demás y en la manifestación objetiva del yo, que pasa por reconocer el efecto decisivo en el cuerpo, de la biología.

Lo que esta claro es que tanto Butler como el movimiento queer buscan desafiar las normas sociales, subvertir las jerarquías de género y liberar a las personas de las prácticas sexuales estereotipadas, quizás aquí encajaría Amaral en eso de enseñar sus pechos en un escenario.

Estimo que la mayoría de las mujeres entre las que me incluyo, los roles de género diferenciados no son el producto caprichoso de una sociedad patriarcal que quiere oprimirnos, sino la institucionalización, de unas diferencias reales. Las mujeres y los hombres no solo son anatómicamente distintos, sino que también tenemos aptitudes y capacidades diferentes .Y esto no es todo lo malo.

Pedir a la sociedad que prescinda de la evidencia de que hay diferencias basadas en el sexo con base biológica, solo acarrea que las diferencias sean más complicadas de entender y plantear. Y puede haber un tufillo de esnobismo. ¿Acaso no es elitista preocuparse más por la expresión sexual cuando hay mujeres y hombres con necesidades más perentorias sin satisfacer? Como la salud mental de las ancianas, la falta de recursos en las residencias de mayores, los programas de reinserción social de mujeres y un largo etc … pero gracias a Dios que se puede por fin hablar en el Congreso de los Diputados en todos los idiomas.

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