Más de una docena de cargos por violar la ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión (RICO) del estado de Georgia se enfrentan el exmandatario y sus colaboradores. Entre los imputados, junto al exmandatario, se encuentran el que fuera su abogado personal y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y su exjefe de gabinete, Mark Meadows. Uno de los cargos incluye la conspiración para anular los resultados electorales.
Enfrentándose a un total de 13 cargos, el expresidente Trump ha sido acusado de incitar a funcionarios públicos, incluido el exvicepresidente Mike Pence, a violar su juramento. Además, se le acusa de realizar declaraciones falsas, distribuir documentos fraudulentos en colegios electorales y acosar a los trabajadores electorales tras su derrota en Georgia. Los actos de obstrucción también han sido mencionados en el documento de acusación, que consta de casi 100 páginas.
La acusación ha declarado que, de manera voluntaria y consciente, Trump y los demás acusados se negaron a aceptar su derrota y se unieron a una conspiración para cambiar ilegalmente el resultado de las elecciones a favor de Trump. Además, la Fiscalía agrega que esta conspiración incluía un plan y propósito común para cometer actos de chantaje en el condado de Fulton, Georgia, así como en otros lugares de Georgia y otros estados. También se menciona que la acusación ha incluido a 30 cómplices que finalmente no han sido imputados.
"Se dedicaban a diversas actividades delictivas relacionadas entre sí tales como suplantación de la identidad de un funcionario público, tratar de sobornar a testigos, robo informático, allanamiento informático, invasión informática de la intimidad, conspiración para defraudar al Estado y actos relacionados con el robo y perjurio", ha alegado también el Ministerio Fiscal en relación a Trump y sus colaboradores.
Willis ha emitido una orden de arresto contra los acusados, pero les ha dado hasta el 25 de agosto para "rendirse voluntariamente". Los abogados de Trump, Drew Findling y Jennifer Little, han calificado la imputación como "impactante" y "ridícula", y esperan que se revise una acusación que consideran "defectuosa e inconstitucional". La Fiscalía tiene la intención de llevar a juicio a Trump en los próximos seis meses, y este proceso ya ha sido asignado al juez del Tribunal Superior del condado de Fulton, Scott McAfee.
Una llamada entre Trump y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, habría sido el origen de la investigación, según filtraciones publicadas por los medios estadounidenses. En dicha llamada, el exmandatario le habría pedido a Raffensperger "buscar" los votos necesarios para anular la victoria de Biden en ese estado.
El expresidente arremetió en su red social, Truth Social, contra la fiscal Willis y rechazó las acusaciones antes de conocerse oficialmente la acusación. "¿Por qué no presentaron los cargos hace dos años?", escribió el exmandatario, refiriéndose a una llamada telefónica perfecta en protesta. Trump aseveraba que la farsante Fani Willis, fiscal de distrito del condado de Fulton, quiere desesperadamente acusarlo bajo el ridículo alegato de manipular las presidenciales de 2020. Él afirmaba: "¡No, no manipulé la elección!".
Varios aliados de Trump, como Giuliani o el propio Raffensperger, responsable de ratificar los resultados electorales en Georgia, han pasado ante el gran jurado durante los últimos meses para testificar.
Trump ha sido imputado por cuarta vez, siendo esta la segunda vez que se le acusa de intentar interferir en las elecciones. A diferencia de los cargos presentados por el fiscal especial Jack Smith, que alega que Trump trató de revertir su derrota electoral y provocó el asalto al Capitolio, en Georgia no podrá indultarse a sí mismo ni a sus socios si es declarado culpable, incluso si es reelegido presidente, ya que se trata de una condena estatal.
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