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¿PASADO O PRESENTE? (III Parte), por Juan Saborido Gago

¿PASADO O PRESENTE? (III Parte), por Juan Saborido Gago

martes 16 de mayo de 2023, 09:34h

“La violencia, que es inmanente al sistema neoliberal, ya no destruye desde fuera del propio individuo, lo hace desde dentro y provoca depresión o cáncer” (Byung-Chul Han)

En la línea de estas reflexiones quiero terminar este, largo artículo, profundizando en la percepción de la incertidumbre que nos deja paralizados en un limbo. Pero que tenemos infinidad de posibilidades para salir de este agüjero.

“Estamos amedrentados”

La sensación que nos carcome es el amedrentamiento. Ésta es otra de las consecuencias inmediatas que solemos padecer ante la incertidumbre. Este miedo, este no saber, no puede hacer que dejemos en manos de unos idiotas o descerebrados, el futuro de nuestros hijos, esperando que esos idiotas nos protejan de algo que ellos mismos, por su ineptitud han generado, o su ignominia.

Para ello debemos ganar en sabiduría, que no es poco, ya que no se trata de ganar en conocimientos y experiencias, (que también lo es) sino más bien utilizar aquello aprendido de la mejor forma posible, para saber ignorar con inteligencia aquello que es inútil, no sólo situaciones, sino también a personas que son toxicas. Esto supone capacitarnos para discernir, por lo que se convierte en un arte, con ello alcanzaremos serenidad y tendremos un arma infalible la escucha serena, para que los idiotas no nos saquen de nuestras casillas.

Ya he escrito sobre el poder que puede ejercer el miedo, sabiendo que es un sentimiento natural que nos ayuda prevenir males peores, pero que si no lo dominamos él nos puede paralizar. Quiero traer aquí el conocimiento del pasado, no como un remedio que podemos aplicar a la situación actual, sino como un principio o técnica que puede ayudarnos a afrontar los nuevos retos.

“Otro tiempo pasado fue mejor”

Decía buda al respecto de ese encariñamiento con el pasado “No habites en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el momento presente”. Quedarnos sólo con las cosas pasadas es morir en el presente; el pasado es como un gran archivo dónde se encuentran todas nuestras experiencias tanto buenas como malas, de las decisiones que hemos tomado y sus resultados, con ello no se trata de borrar nuestra historia y sus experiencias, sino en no hacer de ellas un ancla que nos inmovilizan, sino más bien poder sacar de ellas su provecho para mejorar. Y repito las opciones tomadas en el pasado no sirven para el presente, como algunos siguen empecinados en querer hacer.

“El aquí y ahora”

Esto es algo que cuando nos detenemos a reflexionar nos impacta, ya que el presente es lo único que tenemos, lo único que podemos modificar en este preciso momento. El tiempo sigue su imparable tic tac, y todo depende de aquello que hagamos. Cuando alguien cae en la cuenta de esto puede sentir cierta presión y agobio, por eso la mayoría no desea pensar en el presente porque produce cierto estrés. Todo está en nuestras manos y tenemos todas las posibilidades.

“Los ojos no sirven de nada si la mente no quiere ver”

En este caso al filósofo Zenón de Citio que creo la escuela filosófica del estoicismo en Atenas a principios del siglo III a. C. se basaba en el principio de un sistema lógico. Ellos creían que todo a su alrededor se regía según la Ley de Causa Efecto, decían “no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar lo que pensamos sobre esos eventos” de este modo evitaban soñar con una sociedad ideal falsamente positiva.

Curiosamente el sistema actual (social, económico y político) nos hace creer en “cantos de sirenas” y que vivimos en un mundo ideal, donde no existen otras posibilidades, y sino me creen léanse los eslóganes de los partidos, aún más, si son capaces lean sus propuestas electoralistas, pocas tienen una lógica basada en la realidad es pura ficción, ya que nunca llegaran ser cumplirlas, y las que se cumplen tienden a destruir, volviendo a tiempos pasados, más que a construir sobre una nueva realidad. Y cuando hay algunos que desean reparar los daños realizados encuentran infinidad de obstáculos.

¿Qué se puede hacer?

Llegados a este punto vuelvo a rescatar de la mitología griega en la vida de Ulises, un personaje conocido como Sífido que fundó el reino de Corinto y que era muy ambicioso y astuto, logrando engañar a los dioses, por esta y otras causas fue condenado por Zeus, al Averno y al suplicio de subir una enorme piedra por una montaña y cuando estaba cerca de la cúspide ésta caía de nuevo hasta el valle, y retomaba de nuevo su subida, así eternamente.

Albert Camus toma este mito para escribir su ensayo filosófico denominado “El mito de Sífido” desarrollando una serie de ideas asociadas al absurdo y a la inutilidad de la vida, estos aspectos reflejan como nunca al ser humano de este tiempo concreto.

En el contexto de la propia reflexión, Sifido cae en la cuenta de la inutilidad de este trabajo, llega a descubrir la certeza de su destino, y es así como se libera del absurdo de su condición. De este modo llega al estado de aceptación, es en ese preciso punto cuando Camus expresa “todo está bien y hay que imaginarse a Sifido feliz”

Puedo concluir diciendo que, en este, sin sentido en el que la humanidad se ha embarcado, al igual que Sífido que reconoce el absurdo de mantener una tarea inútil que no conduce a ningún lugar, debemos ser conscientes de no empecinarnos en seguir empujando una piedra que no sirve para nada.

Camus se plantea ¿si vale la pena la vida, o no? Para él lo que sí merece la pena, es hacer que nuestras acciones se enmarquen en un proyecto de vida que tenga sentido. Por tanto, es uno mismo, el que de alguna manera tiene que darle sentido a esta tarea, por más absurda que sea.

El presente es un verbo que hay que saber conjugar, y se conforma de las experiencias del pasado, los medios del ahora y la esperanza del futuro.

“Haz lo máximo que puedas.

La acción consiste en vivir con plenitud. La inacción es nuestra forma de negar la vida, y consiste en sentarse delante del televisor cada día durante años poque te da miedo estar vivo y arriesgarte a expresar lo que eres. Expresar lo que eres es emprender la acción. Puede que tengas ideas en la cabeza, pero lo que importa es la acción. Una idea, si no se lleva a cabo, no producirá ninguna manifestación, ni resultados ni recompensas” (de lo Cuatro Acuerdos, Don Miguel Ruiz)

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