En sus obras de restauración el recinto monástico ha ofrecido y ofrece asombrosas sorpresas como la canalización del agua, la recuperación de las claves de las cuatro bóvedas, la cocina y el refectorio. En las imágenes emitidas observo, entre raíces, escombros y maleza el abandono que trajo consigo la desamortización de Mendizábal, y no puedo evitar pensar que aquí en Cartagena tenemos otro claro ejemplo de cómo esa desamortización hizo caer también en el olvido, el abandono y el expolio al monasterio de “San Ginés de la Jara”, donde en el siglo XIII se asentó una comunidad de Agustinos y en el siglo XV (y hasta el siglo XVIII) una comunidad de Hermanos Franciscanos.
Viendo una conferencia que la profesora Mª del Carmen Berrocal dio hace cuatro años sobre “Riqueza y diversidad patrimonial en el Arco Sur del Mar Menor”,1 me entero de que en 1934 el monasterio se adaptó como vivienda particular y que ya en la segunda mitad del siglo XX el abandono y la degradación lo llevaron al incomprensible estado ruinoso que hoy presenta.
En las imágenes que ofrecen tanto el documental de la 2 como la conferencia de la profesora Berrocal observo elementos arquitectónicos comunes, historias similares de abandono y una misma preocupación popular por algo que forma parte de nuestro paisaje y de nuestra historia. Si ustedes se interesan por las vicisitudes de ambas construcciones podrán encontrar datos asombrosos en la red, en bibliotecas y archivos. Yo, desde este espacio y por el momento, sólo trato de llamar la atención sobre este paralelismo entre tantas construcciones desperdigadas a lo largo de la geografía española y sobre una responsabilidad que todos los que amemos nuestra tierra tenemos: la de conservar un patrimonio que no sólo ha adquirido valor por ser testigo de la Historia sino también como elemento clave de lo que ha sido y es nuestra esencia. Ejemplos en nuestra región existen muchos, pero hoy me quedo con este monasterio de San Ginés.
Otro día dedicaré mi tiempo al Anfiteatro Romano, al paisaje de la Sierra Minera, a los molinos de viento del Campo de Cartagena, a las baterías de Costa que rodean nuestro singular puerto o a uno de los pocos pueblos del Mar Menor que mantienen ese no sé qué de siempre y que quienes me sigan pueden intuir: Los Nietos
Si (
No(
A favor (
En contra (
