Sí. En el mundo del rock&metal también existe un establishment, es decir, un conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes que procuran mantener y controlar el orden establecido. Existe la imposición de una cultura que concuerda con lo comúnmente admitido, con las ideas generalmente aceptadas, con lo políticamente correcto. Paradójicamente, el rock&metal surgió como un movimiento contracultural que discuerda radicalmente del establishment.
En este mercado podemos encontrar un poco de todo. Viejas glorias convertidas en esperpentos mediáticos al servicio de ideologías, al más puro estilo del Canto IV, “la meseta”, del poemario Metal 666. Copiapeguistas, no periodistas, que utilizan las críticas musicales como medios de chantaje encubierto a bandas, recreando el infierno descrito en el Canto III, “el valle”, del mismo libro. Grupos de música compuestos por autoproclamadas divinidades que juegan a ser idolatrados, creyéndose que sus seguidores son “grupis” fanáticos de los años 70 cuando en realidad actúan ante un público muy especializado. Cantantes guapitas y guapitos que, como decía Rosendo, van “presumiendo discreción, flojos de pantalón, líderes del diseño, novedad”. Académicos del rock compiladores de datos que, a modo de símil y en honor al director de cine Jesús Puente Jiménez Conan, anfitrión de la gala de los Premios Metal 666 en los estudios de Universo Rock, me recuerdan a la película “Cerdos salvajes” de Walt Becker en la que cuatro amigos aburguesados juegan a ser duros moteros en su tiempo libre. Influencers sin oficio ni beneficio que viven de generar falsas expectativas a los músicos… Hasta el mismísimo Jesucristo se liaría a latigazos en este mercado de ladrones.
Barón Rojo ya atisbó, preconizó o previó algo de todo esto con el tema al que hago alusión al inicio del artículo, pero yo creo que ni se imaginaron las dimensiones y consecuencias de ese escenario del rock&metal que visionaron en 1981 y que plasmaron en canción.
El rock&metal es provocación. Es irreverencia. Es rebeldía. Discuerda del establishment, del orden impuesto, de la cultura establecida. Es un acto de libertad. Es un modo de vida en el que la música es uno de los muchos modos de expresión de su compleja filosofía. Ante este panorama, no os echéis las manos a la cabeza por la noticia de que a Rosalía le hayan hecho ganadora de una estatuilla en los Grammy Awards 2023 en la categoría mejor álbum de rock latino.
El sábado 4 de marzo, durante la entrega del trofeo de la II Edición de los Premios Nacionales Metal 666, se homenajeará a José Ramón Nieto Sánchez Kemapúas, CEO de “Cultura Rock de Aquí” y redactor en “Losmejoresdelrock.com” por la labor diferencial que desempeña en el ámbito del periodismo especializado del rock&metal en España. Ese día la contracultura ajustará cuentas con la cultura desde el punto de vista lingüístico que es a el que a mí compete. Estáis todos invitados a asistir.
Raúl Jiménez Sastre
Escritor y director de la Editorial Firma RJS
https://rauljimenezsastre.com/
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