Estas estrategias denotan una tremenda falta de ética, aunque algunos digan o crean, que son argucias y astucias; pero, en definitiva, denotan una brutal falta de transparencia y honestidad, por parte de aquellos ejecutores que nada les importa lo publico.
Todo esto viene a tenor de una noticia, publicada el 20 de febrero de este año, en nuevodiarrio.es, en el que se desvelan las maquinaciones de la empresa pública VEIASA para ir desmantelándola; esto no es una novedad, ya que se viene anunciando desde hace tiempo por parte de algunos trabajadores (aunque los sindicatos miran para otro lado).
A esto, personalmente lo denomino desvencijar un sector público de servicios, al igual que ocurrió con la industria naval en Cádiz. Lo mismo ocurre en la administración andaluza con la sanidad pública, a los hechos me remito.
Desde que tomó las riendas la derecha, en las distintas autonomías del país y en Andalucia en particular y por extensión en VEIASA; se están empleando con tenaz ahínco en su ansia de privatizar todo lo público en beneficio de bolsillos privados.
Esto tiene que ver con un valor imprescindible, la honestidad, que hoy es cada vez más escasa, y si surgen personas honestas, son esterilizadas por el sistema. Al sistema no le interesan las personas que son capaces de expresar lo que piensan y son coherentes con aquello que dicen y hacen, defendiendo sus opiniones, luchando por aquello que creen, sobre todo cuando lo hacen por defender aquello que es justo, para el conjunto de la sociedad.
Estas personas son “el pegamento” que cohesiona, porque tienen un bagaje interior que les hace reconocer sus propias limitaciones, por lo que no tienen miedo en reconocer sus errores; esto les hace ser equilibrados, humildes y respetuosos; pero lo que no hay que tenerlo es por un estúpido, por ello, no se dejan llevar por las adulaciones o intereses partidistas, o las subliminares y hasta incluso descaradas amenazas, para, como es el caso, utilizan hasta las Mutuas para lograr su objetivo.
La dirección de una empresa sea cual sea su índole, al igual que el representante político o sindical, que no es honesto es una lacra; provocara, tarde o temprano, la desunión y posteriormente la destrucción de aquello que representa. Lidiar con las estrategias de este tipo de personajes, resulta realmente doloroso y desgasta la voluntad de aquellos que honestamente desean el bien común de una mayoría.
El reto que tiene el ser humano actualmente, no es viajar a la velocidad de la luz, ni alcanzar los confines del universo, ni prolongar la vida eternamente, ni descubrir el origen del cosmos. El enorme reto que tenemos es intentar no hacer sufrir más al que vive a nuestro lado o al que viene en busca de ayuda.
Ante todo, es vivir siendo lo que somos, seres humanos, no tenemos más que esta oportunidad de enmendar nuestro caótico modo de actuar y de pensar, y vencer ese miedo enquistado en nuestro ser que nos impide combatir la injusticia, vivir en libertad y ser felices.
Si (
No(
