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"Reflexiones sobre el origen de España y la política de los RR.CC", por Pedro Cuesta Escudero

'Reflexiones sobre el origen de España y la política de los RR.CC', por Pedro Cuesta Escudero
jueves 24 de marzo de 2022, 09:33h
'Reflexiones sobre el origen de España y la política de los RR.CC', por Pedro Cuesta Escudero
'Reflexiones sobre el origen de España y la política de los RR.CC', por Pedro Cuesta Escudero

El nombre de España viene del latín Hispania, nombre que se impuso entre los romanos después de un periodo dubitativo entre el “Hispania” de origen fenicio y el de Iberia de los griegos. Algunos historiadores afirman que cuando los soldados cartagineses desembarcaron en España gritaron a una ¡Yspan!, ¡Yspan!, porque veían salir a los conejos como flechas de entre las matas. Yspan en fenicio significa conejo. Los romanos utilizaban la palabra Hispania para designar al territorio que comprende toda la península Ibérica. En el siglo IV el nombre de Hispania alterna con Spania. Con el tiempo del topónimo de Hispania se deriva la voz España para designar la unidad geográfica de la península Ibérica. O sea, es una denominación geográfica que comprende toda la península Ibérica, que no hay que confundirla con ninguna entidad política. Todo el que haya nacido en la península Ibérica es español. Del mismo modo que se es europeo, y no americano o asiático, aunque Europa no constituya una entidad política definida.

'Reflexiones sobre el origen de España y la política de los RR.CC', por Pedro Cuesta Escudero
'Reflexiones sobre el origen de España y la política de los RR.CC', por Pedro Cuesta Escudero

¿Son españoles los portugueses?

Entonces si todos los habitantes de España (nombre de la península Ibérica) son españoles, ¿cómo es que los portugueses no se consideran españoles? Hasta el siglo XVIII todos los habitantes de España se sentían españoles, fueran portugueses, gallegos, castellanos, aragoneses, catalanes, navarros…El propio poeta lusitano Camoens así lo corrobora: era español y portugués. Lo mismo que los nacidos en Zaragoza son españoles y aragoneses. Tan español era Fernando Magallanes como también lo era Juan Sebastián de El Cano, aunque algunos, llevados por su acendrado nacionalismo, no lo vean así.

Como se sabe, en 1580 Felipe II, reconocido en las Cortes de Tomar, consigue, por fin, el sueño de los Reyes Católicos, reunir bajo la Corona de España todos los territorios de la península Ibérica. Pero las numerosas guerras en la que España se vio envuelta contra los Países Bajos y contra Inglaterra debilitaron la economía y, ante la exigencia por parte del Conde-Duque de Olivares de más hombres para los ejércitos, más dinero y mayor centralización de las instituciones castellanizándolas, los portugueses protagonizaron sendas revueltas hasta que consiguieron la independencia de la Corona de Felipe IV aprovechando el debilitamiento del poder militar debido a la guerra con Francia y a las sublevaciones secesionistas de Cataluña (la Guerra de Els segadors) y de Navarra, las conspiraciones andaluces y aragonesas y los motines vizcaínos y napolitanos. Portugal consigue que fuera considerado por las cancillerías europeas un reino totalmente desvinculado de España. Desde entonces los portugueses no se consideran españoles, terminando así el sueño de los Reyes Católicos de unir todos los territorios de España bajo una sola Corona. Más tarde, ya en el siglo XX, hay otras sugerencias de unir todos los territorios de la península Ibérica como la FAI (Federación Anarquista Ibérica) o la proclamación de la República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica que hizo Francesc Macià el 24 de abril de 1931 desde el balcón de la Generalitat de Catalunya.

Nacimiento de Catalunya

Como se sabe los resistentes en las montañas del norte a la dominación musulmana dieron lugar a los reinos cristianos que iniciaron la Reconquista. Por otra parte Carlomagno, para defender su imperio de cualquier invasión, fortaleció sus fronteras por medio de Marcas. Carlomagno intentó llevar la frontera de la Marca Hispánica hasta el Ebro, pero una serie de dificultades y derrotas hizo que se contentara como frontera el río Llobregat. A diferencia de otras marcas carolingias, La Marca Hispánica no tuvo una estructura administrativa unificada, quedando integrada por condados dependientes de los reyes carolingios. De todos ellos los que alcanzaron mayor protagonismo fueron los de Urgel con importante sede episcopal y el condado de Barcelona. Este último se convierte en hegemónico al absorber mediante enlaces matrimoniales los condados de Ausona y de Girona.

Por el matrimonio del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV en 1137 con doña Petronila de Aragón el condado de Barcelona quedó incorporado a la Corona de Aragón, aunque sin variar su condición de condado. Los siete restantes condados (Besalú, Vallespir, Peralada, Ampurias, Urgel y Cerdanya) mantuvieron su independencia hasta 1521 cuando el emperador-rey Carlos I nombra virrey de Cataluña (es la primera vez que aparece Cataluña como entidad política) al arzobispo de Tarragona y presidente de la Generalitat Pere Folc de Cardona.

Es incomprensible que muchos catalanes digan que no son españoles, que se quieren salir de España. ¿En qué territorio quieren situar Cataluña? Su primer nombre fue, precisamente, Marca Hispánica y el nombre de Cataluña, de etimología incierta, se empieza a utilizar para designar al conjunto de condados que formaban la Marca Hispánica, cuando ésta empieza a darse a conocer en el Mediterráneo occidental a mediados del siglo XII. La primera mención que tenemos noticia de la palabra “catalán” la encontramos en los genoveses, sus rivales en el comercio marítimo y no sabemos su significado etimológico. Hay quien sugiere que por necesidades defensivas de la Marca se levantaron muchos castillos que en el bajo latín medieval tenían el nombre de “castlanus”. Hay que tener en cuenta que el término “catalán” no ocurrió inmediatamente. En tiempos de Ramón Berenguer IV, cuando se lleva a cabo la unión con la Corona de Aragón, el nombre de Catalunya aún era desconocido. Esta palabra aparece por primera vez en tiempo de Pedro II (1196-1213), el padre de Jaime I el Conquistador, en un documento relacionado con la Paz de Dios. Dice: “Haec est pax quam dominus Petrus…constituit per tótem Catalanium, videlicet a Solsis usque ad Ilerdam”. La palabra Catalunya aparecerá con mucha frecuencia en el Llibre dels feytes del rei en Jacme.

El valenciano es un dialecto del catalán

Es la lengua común la que hermana a todos esos condados con el nombre de catalanes. El catalán es una de las lenguas romances más bellas porque surgió en un territorio donde se hablaba un latín más culto y por la beneficiosa influencia del provenzal y del occitano (llengua d´Oc) La lengua catalana se gesta en territorio pirenaico y más del lado francés que del actual lado español, es decir que la mayor parte de lo que hoy es la Cataluña española no es su zona de origen. Es una variante dialectal del occitano.

Es un sarcasmo, como algunos sostienen, decir que la lengua catalana procede de la lengua valenciana, cuando el reino valenciano fue repoblado por catalanes y aragoneses al ser conquistado por Jaume I el Conqueridor. El hecho que en el siglo XV hubo un renacimiento literario en Valencia, que la Universidad valenciana (creada en 1411) atrajo un celoso magisterio más docto y sabio que la de Lleida (creada en 1336) y la de Barcelona (fundada en 1402) y que hay un enriquecimiento lingüístico con el árabe, esencialmente con vocablos referidos a la agricultura, no da pie para dar categoría de lengua al valenciano. Mas diferencias encontramos en Andalucía, Murcia, Extremadura o en cualquier país iberoamericano y a nadie se le ocurre darle categoría de lengua a la forma de hablar de andaluces, cubanos, argentinos… Esta aberración es una cacicada de las fuerzas derechistas valencianas (y también españolas) que no quieren ser engullidas por el catalanismo militante actual.

La corona aragonesa se convierte en una potencia europea

Con Jaume I el Conqueridor se lleva a cabo un gran paso en la Reconquista al apoderarse de todo el territorio musulmán que le correspondía en el tratado de Almizra: Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, y Valencia. Y aún conquistó para su yerno Alfonso X el Sabio el reino de Murcia. De esta forma la Corona aragonesa se convierte en una potencia europea. Mediante el tratado de Corbeil (1258) el rey Jaume renunció a las viejas pretensiones que los condes de Barcelona tenían sobre Occitania, pero en contrapartida el rey Luis de Francia renuncia a los derechos de vasallaje que tenía sobre los condes catalanes, herederos de la Marca Hispánica. Jaume I asistió al Concilio de Lyon que convoca el papa Gregorio X junto con altos dignatarios de Alemania, Inglaterra, Escocia, Hungría, Imperio bizantino, Sicilia y el reino de los tártaros. Se habló de organizar una cruzada para rescatar los Santos Lugares. Ante la rotunda negativa de los Templarios, a pesar de la insistencia de Jaume I de que se llevara a cabo, se acordó desestimar dicha cruzada. Al despedirse Jaume I con su séquito dijo: ”Barones, ya podemos marcharnos, hoy a la más hemos dejado bien puesto el honor de España”. (Recogido por Sánchez Albornoz en España, un enigma. Es que antes que Castilla la monopolizara, España era patrimonio de todos los reinos de la Península. “Car nos ho fem la primera cosa per Deu, la segona per salvar España”, escribe el rey Jaume I en el Llibre dels fets del rei en Jaume.

Acabada la Reconquista para la Corona de Aragón (el nombre de Corona catalana-aragonesa se establece a finales del XIX con la Reinaxença) el centro de gravedad se desplaza hacia el Mediterráneo conquistando Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles y los ducados de Atenas y Neopatria. A esos territorios se les concede la misma autonomía que ya habían obtenido Valencia y las Islas Baleares; o sea, la Corona de Aragón se componía del reino de Aragón, del Principado de Catalunya ( a principios del siglo XIV se denomina con este nombre al territorio que estaba bajo la jurisdicción de las Cortes Catalanas: condados de Barcelona, de Gerona y de Osona, a los que se les une en 1325 el condado de Ampurias, en 1411 el Valle de Arán, en 1413 el condado de Urgel y en 1491 el condado de Pallars Subirà), el reino de Valencia, el reino de Mallorca, el reino de Cerdeña, el reino de Sicilia, el condado del Rosellón, el condado de Cerdaña, y los ducados de Atenas y de Neopatria, con instituciones políticas propias, cortes, leyes, administración pública y su moneda, en una especie de confederación. Lo único que se unifica es la política exterior, la hacienda real y el ejército. Los ingresos de la hacienda real se obtenían por aprobación de las Cortes de cada territorio, que al estar prácticamente controladas por la nobleza y el clero, las concesiones siempre eran menores de lo exigido. Cuando se unieron las Coronas de Castilla y Aragón, Fernando el Católico pudo contar con unos ingresos fiscales castellanos muy superiores a los obtenidos en las Cortes de la Corona de Aragón. Y es que a partir de Alfonso X el Sabio se inició en Castilla un proceso de concentración de poder de la Corona en detrimento de la nobleza. Esta tendencia autoritaria de las monarquías europeas desembocará, como sabemos, en monarquías absolutas.

Decadencia de la Corona de Aragón

La Corona de Aragón, que llegó a ser una de las mayores potencias europeas, sufre en el siglo XIV una de las mayores catástrofes de su Historia, que hace que se resienta, no solo su poderío militar, sino también la economía y la demografía. Las persistentes epidemias de la peste negra diezmaron extraordinariamente la población. Pero no fue esta su única causa, la crisis también fue el resultado de una sucesión de malas cosechas, de una elevada presión fiscal y de los efectos de las múltiples guerras. Al haber menos payeses por la mortalidad de las epidemias, los señores feudales,, a fin de evitar que sus tierras quedaran sin cultivar, que reducía sus rentas y ponía en peligro su privilegiado nivel de vida, elevaron el pago de la remensa (recompensa que tenían que satisfacer a sus señores si querían abandonar sus tierras), de tal manera que, prácticamente, les resultaba imposible de liberarse de su adscripción a la gleba. La Guerra de la Remensa arruinó al Principado con los sucesivos estallidos de violencia que afectaron a la mayor parte del campo catalán, junto con el enfrentamiento de la oligarquía de Barcelona, agrupada en el partido de la Biga, que controlaba el gobierno de la ciudad (Consell de Cent) y los sectores populares encuadrados en el partido de la Busca. La Sentencia Arbitral promulgada en Guadalupe por Fernando II de Aragón, que puso fin a esos graves conflictos es uno de los documentos de mayor trascendencia de su reinado y una de las mejores muestras de su habilidad política. La sentencia abolió la remensa y los otros cinco “malos usos”: el derecho de maltratar, el derecho de pernada, la intestia, la escorchia y la cuguria.

Carlos VIII de Francia quiere aprovecharse del debilitamiento de la Corona de Aragón y se lanza a la conquista de territorios en Italia con la excusa de que era necesario para la reconquista de los Santos Lugares. Al pasar por verdaderos apuros los intereses de la Corona de Aragón con esta agresión francesa y no tener las suficientes fuerzas económicas y militares, Fernando, siendo aún príncipe, busca alianza de una gran potencia como era el reino de Castilla-León, casándose en secreto en 1460 con Isabel, la hermana del rey castellano Enrique IV. Por su parte Isabel se casó con Fernando con el fin de reforzar su poder y prestigio, ya que en Castilla, aprovechándose de la debilidad del monarca Enrique IV, la nobleza había organizado altercados que degeneraron en la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) entre los partidarios de la princesa Juana la Beltraneja, hija del rey de Castilla Enrique IV el Impotente y los partidarios de Isabel, hermana del rey. Como muchos castellanos pensaban que el porvenir ya no estaba en el Mediterráneo sino en el Atlántico, buscaron la alianza, e incluso la unión con Portugal a través del matrimonio de la princesa Juana con el rey portugués Alfonso V. Pero otra parte de la nobleza no acepta a Juana como hija biológica del rey, a quien se le acusó de haber obligado a su esposa a yacer con Beltrán de la Cueva para que le diera un heredero. Alfonso V de Portugal penetró en Castilla con un potente ejército, se desposó con Juana y se hizo llamar rey de Castilla. Pero la decidida intervención de Fernando con sus tropas decantó la victoria del lado de Isabel en la batalla de Toro derrotando al rey portugués. Juana hubo de renunciar a su título real.

Los franceses que habían invadido Milán, se disponen a marchar sobre Nápoles. Creyendo que quedaba en peligro el dominio de la Corona de Aragón en Sicilia, los Reyes Católicos envían a Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que derrota a los franceses en varias batallas (Ceriñola, Garellano, Gaeta) y se apodera de Nápoles, que queda incorporado a la Corona de Aragón.

¿Crearon los RR.CC. la nación española?

El matrimonio de los Reyes Católicos no supuso la unidad territorial, pues cada reino conservó sus propias instituciones, leyes, fueros y administración. Supuso una política agresiva de conquistas militares para el engrandecimiento de ambas coronas. La primera fue la conquista de Granada entre 1481 y 1492. La segunda, la recuperación de Cerdeña-Rosellón (1493) y la conquista de Nápoles (1494-1498) para la Corona aragonesa. La ocupación de las Canarias, la expansión atlántica y la anexión de Navarra en 1512 para Castilla. Los Reyes Católicos pusieron las bases de la monarquía autoritaria: a) sometimiento de la nobleza levantisca, bien atrayéndola a la Corte con cargos y prebendas o imponiéndose por la fuerza, b) la creación y potenciación de organismos de poder, como el Consejo Real o el Consejo de Indias como órganos de gobierno; la creación de Audiencias o Chancillerías, tribunales para la alta Justicia, c) un ejército real moderno y permanente, la creación de la Santa Hermandad para mantener el orden y la seguridad de los caminos, d) una Hacienda Real que recaba impuestos que permitan el funcionamiento de todo el sistema, e) unidad religiosa implantando la Santa Inquisición.

Entre Fernando e Isabel ninguno tenía más poder que el otro. Estipularon que en caso de muerte de uno de los dos, el que sobreviviese no sería gobernante sino de su propia Corona. En la Concordia de Segovia de 1475 establecen que llevarían las mismas armas combinadas con iguales derechos, de modo que pertenecían conjuntamente tanto al rey como a la reina, y no dispondrían de armas diferenciadas, lo que suponía un caso único y extraordinario en toda Europa. Dicho escudo de armas era acompañado de la siguiente titulación conjunta: “Rey y Reina de Castilla, de León, de Aragón, de Sicilia, de Nápoles, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, conde de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, duques de Atenas y de Neopatria, condes de Rosellón y de Cerdeña, marqueses de Oristán y de Godiano”. Acompañan al escudo dos divisas: un haz de flechas (f= Fernando) y el yugo (Y de Ysabel) con el nudo gordiano cortado con el mote “tanto monta cortar como desatar”, señalando que los medios utilizados para resolver un problema no son importantes frente a la solución de éste.

Se ha dicho que Fernando no pintaba nada en Castilla y que era odiado por su origen y acento. Nada más alejado de la realidad. Fernando el Católico tomaba decisiones en Castilla como soberano que era. Un ejemplo: Cuando se decidió hacer una villa de piedra y ladrillo para albergar las tropas que sitiaban Granada y así evitar que fuera fácilmente destruido con el fuego, como ocurrió cuando eran tiendas de lona, se le bautizó con el nombre de Santa Fe (lugar donde se firmaron las Capitulaciones con Colom) Y resulta que en Penedès existen dos localidades cercanas una a la otra, de la que se tiene documentación de antes del siglo XII, llamadas Granada y Santa Fe. Fernando de joven frecuentó mucho esa zona boscosa de abundante caza mayor, ya que en el cercano castillo de Sant Martí Sarroca, que durante años fue de dominio real, los príncipes e infantes solían pasar temporadas de asueto. Precisamente en ese territorio hay una población que se llama Banyeres (de banyas=cornamenta) y en su escudo figura una cornamenta de ciervo. ¿Quién decidió, pues, poner el nombre de Santa Fe a la ciudad que albergaba las tropas sitiadoras de Granada?

Objetivos de la política exterior de los Reyes Católicos

Los dos objetivos de la política exterior de los Reyes Católicos fueron reunir todos los territorios de España y aislar al gran enemigo que suponía Francia como potencia europea. Para unificar todos los territorios y formar la gran España fueron anexionadas por conquista Granada y Navarra, aunque con Portugal se utilizó la política matrimonial de los hijos, tan corriente en aquella época. Así, Isabel, primogénita y, por tanto, la heredera de las dos Coronas, la de Castilla y la de Aragón, la casaron con Alfonso de Portugal, para que el hijo de ambos heredara también Portugal. Alfonso muere sin descendencia, por lo que Isabel volvió a casarse con Manuel I de Portugal, pero en el parto de su hijo Miguel ella muere. Este infante, el heredero de todos los reinos de España, muere a la edad de dos años frustrándose de momento el objetivo de unir toda España, porque los siguientes hijos de los Reyes Católicos ya se habían casado. Así Juan de Aragón se casó con Margarita de Austria, hija del archiduque Maximiliano de Austria y emperador del sacro Imperio Romano Germánico y de María de Borgoña, duquesa de Borgoña. Juan muere prematuramente. La tercera hija, Juana, apodada la Loca, se casó con Felipe de Austria, apodado el Hermoso y hermano de Margarita. De este matrimonio nació Carlos, el futuro rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. María de Aragón se casa con su cuñado Manuel I de Portugal al morir su hermana Isabel. Y por último, la más pequeña, Catalina de Aragón se casó con el príncipe heredero de la corona de Inglaterra, Arturo Tudor, pero al morir éste prematuramente volvió a casarse con el hermano menor de los Tudor, Enrique VIII y nuevo rey de Inglaterra.

La política de reunir todos los territorios de España estuvo a punto de frustrarse

Al enviudar Fernando el Católico sus derechos sobre el trono castellano no quedan muy claros, pues Isabel la Católica al testar establece como heredera universal de todos sus Reynos e Tierras e Señoríos a la Ilustrísima Princesa doña Juana, archiduquesa de Austria y duquesa de Borgoña. En 1505 se firmó la Concordia de Salamanca fijando el gobierno conjunto entre Fernando, su hija Juana y su yerno Felipe. Los desencuentros y discordias entre suegro y yerno fueron numerosos, que aprovecharon algunos miembros de la nobleza, disgustados por el talante autoritario del Católico, para instarle a que se marchase de Castilla: “Viejo catalanote, vete a tu tierra”. Fernando el Católico se retiró del poder de Castilla regresando a Aragón y fue entonces cuando, en 1505, Fernando II de Aragón de 53 años se volvió a casar con Germana de Foix, de 18 años y sobrina del rey Luis XII de Francia. Con el rey francés firmó el tratado de Blois en el que Fernando se compromete a nombrar heredero al posible hijo del matrimonio, lo que levantó las iras de los nobles de Castilla, ya que lo vieron como una maniobra de Fernando el Católico por impedir que Felipe el Hermoso y Juana heredaran la Corona de Aragón. El hijo de esta pareja, Juan de Aragón y Foix, hubiese supuesto la separación de los reinos de Castilla y Aragón, si no hubiera muerto a las pocas horas de nacer. Fernando, que nunca había renunciado a controlar Castilla, al morir Felipe el Hermoso y ser declarada Juana incapaz, regenta por segunda vez el reino de Castilla hasta su muerte en 1516. Entonces se hacen cargo de las regencias, el cardenal Cisneros de Castilla y el arzobispo de Zaragoza Alonso de Aragón, hijo bastardo de Fernando el Católico, de Aragón, hasta la llegada de Carlos I en 1518.

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