Los cadáveres se acumulan en las calles. En las úiltimas horas operarios del Ayuntamiento se afanan en abrir fosas comunes.
Voluntarios retiraran los cuerpos que se han ido acumulando tras nueve días de asedio y tras el último bombardeo ruso.
El alcalde Vadym Boychenko ha cifrado en 1.207 civiles asesinados por las tropas rusas.
La ciudad está destruida, falta de agua, luz, gas, comida y medicinas.
La responsable de emergencias de Médicos Sin Fronteras, Kate White informan que los hospitales han sido dañados por fuego de mortero, tiroteos y bombardeos aéreos .Son muchos los muertos y entre estos dos niños, hay numerosos heridos y entre los mismos mujeres embarazadas, niños recién nacidos. Hay también bebés en incubadoras que tuvieron que ser evacuados tras la explosión.
La atención médica es casi imposible para las personas mayores y para las mujeres embarazadas que tienen limitados sus movimientos y el sistema sanitario está "al borde del colapso".
Desde Médicos sin Fronteras tachan la privación a la población de asistencia sanitaria por parte de Rusia como "una violación de las leyes de la guerra" y exigen que la población civil y las infraestructuras civiles, incluidas las instalaciones sanitarias, no sufran ataques, para que se garantice el derecho de las personas a recibir asistencia médica y a su seguridad.
Zelenski ha condenado el ataque, al que ha calificado como "una atrocidad". "Es la prueba final del genocidio", ha destacado el presidente ucraniano: "¿Qué clase de país es este? Rusia, que tiene miedo de hospitales, tiene miedo de los hospitales de maternidad y los destruye? Bombardear el hospital de maternidad es la prueba final, la prueba de que se está produciendo un genocidio de ucranianos. ¡Europeos! No pueden decir que no vieron lo que les sucedió a los ucranianos en Mariúpol", ha lamentado, en una nueva petición a la comunidad internacional.
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