EL INCOLORO: ¿Peligra la Semana Santa de Lorca con la futura ley animal impulsada por Podemos?, por Jerónimo Martínez

El mismo echo de domesticar un caballo es una salvajada, a fuerza de tesón y látigo se las arreglan para doblegar la voluntad de un animal, se les pone el bocao y el animal noble se convertirá en un esclavo de por vida. Así ha sido durante miles de años, el hombre dueño y señor de todo en el mundo. La doma como arte ya sabemos lo que es espuela y látigo, esto es entendible hasta nuestros días, esto se hace por placer y para disfrute de los humanos. Afortunadamente ya no utilizamos a los animales para tiro, para la guerra, ni para que den vueltas en una rueda hasta la locura o la muerte. Ensañarse por capricho para que un animal aprenda unos pasos a base de látigo es lo más cruel que existe, pero es que han nacido para esto exponen los amantes de estos animales. Así me gustaría veros a ti y a tus hijos durante mil generaciones sin que ni siquiera puedas levantar la mirada, sumiso por la espuela y el látigo. Lo de Lorca es el atropello máximo para con los animales, la barbarie del circo, los lorquinos adoramos el pan y el circo las tardes de primavera, con un ojo adoramos la pasión de cristo y por otro nos desgañitamos insultando al enemigo que replica frente a nosotros. Ahora en el presente todo es más moderado, pero yo me acuerdo de los limonazos en la frente de más de uno, de los huevazos y de las toneladas de caramelos volando con mala intención entre los bandos, como saetas. Como decir que como lorquino siempre he simpatizado más con uno de los bandos. No vamos a entrar en temas religiosos, que aún en esta España del siglo XXI no se puede entrar en diálogo. Pero lo de los caballos en la carrera es un insulto a la inteligencia de los humanos, y además seguimos vendiendo principalmente cuando fabricamos nuestra publicidad la figura del caballo, por encima de nuestras Vírgenes nuestros políticos prefieren enseñar al caballo arrasando la carrera, aquí los culpables somos todos, nos gusta más la violencia implícita del jinete y el caballo que a los pavos la mierda, y los presidentes de los pasos se inflan como césares cuando la violencia es extrema, cuanto más violentamente se mueve la bandera más orgullo se derrama por sus mejillas. Ahí todos aullamos como lobos, incluso a mí se me ponen los pelos como escarpias cuando los carros truenan en el arbero de la avenida, me tiembla el pulso y aguantas la respiración. Al final el desenfreno y el griterío apagan incluso el ruido de los cascos, aquí todos soltamos los aires lamentando en lo más hondo que no halla pasado nada, cuanto más catastrófico mejor, y luego seguimos chillando mientras aplaudimos, jo. Los humanos necesitamos de vez en cuando un buen chute y en Lorca hemos aprendido desde muy pequeños lo que significa todo este rollo de la Semana Santa, ¿que pasaría si quitaramos el caballo de esta baraja?