No es de extrañar que cuando uno lee República Popular China, se piense que se refiere a lo que comúnmente se conoce como China, pero no es así. La República Popular China (China) y la República de China (Taiwán), son nombres muy parecidos que pueden generar alto grado de confusión.
Son muchos taiwaneses los que abogan por dejar atrás el nombre de República de China para referirse a Taiwán, ya que eso sólo genera confusión a la mayoría de personas que no están muy familiarizados con la diferencia entre ambas naciones. Ahora se preguntarán ¿por qué Taiwán se autodefine con la palabra China en su nombre oficial, cuando centran sus esfuerzos en que los demás países del mundo le reconozcan como país soberano, muy diferente a la República Popular China?
Para ello, hay que remontarse más de un siglo atrás, concretamente al 10 de octubre de 1911, momento en el que la última dinastía china, la dinastía Qing, colapsó, lo que dio lugar al nacimiento de la República de China el 1 de enero de 1912 (en el territorio hoy conocido como China, no Taiwán). Esto supuso un nuevo modelo de gobernanza en el gigante asiático, que dejaba atrás siglos de regímenes dinásticos.
En agosto de 1927, estalló la Guerra Civil China, que se prolongó hasta octubre de 1949. En esta, se enfrentaron dos bandos. Por un lado, el Kuomintang (Partido Nacionalista Chino); por el otro, el Partido Comunista Chino. Tras más de dos décadas de conflicto entre ambos bandos, los comunistas, liderados por Mao Tse-Tung, se proclamaron vencedores, quedándose con la gran mayoría del territorio, lo que hoy es conocido popularmente como China, cuyo nombre oficial, como ya se ha visto en este artículo, es la República Popular China. Por otro lado, Chiang Kai-Shek, líder del Kuomintang, huyó hacia la isla de Taiwán, siendo este el último reducto de lo que hasta entonces era la República de China. Es por ese motivo, por el cual el nombre oficial de Taiwán es República de China, aunque son muy pocos los que usan este término para referirse al país isleño.
Desde que los partidarios del Kuomintang se refugiaron en Taiwán, y los comunistas se quedaron con el dominio de lo que hoy es conocido como China, ambos países han tomado rumbos muy diferentes, tanto cultural como políticamente, sobre todo el segundo. Mientras que China adquirió un régimen comunista que trajo hambrunas y pobreza extrema en la población, Taiwán tomó un rumbo capitalista que le trajo estabilidad y prosperidad. Este último hizo aliados muy fuertes en occidente, siendo EEUU su gran protector frente al dominio chino que constantemente ha amenazado la isla, el cual se ha acrecentado en la última década.
Taiwán se convirtió uno de los 4 Tigres Asiáticos, también conformado por Corea del Sur, Hong Kong y Singapur. Se les conoce con este nombre por ser territorios pequeños pero con un nivel de industrialización muy potente y crecimientos del PIB por encima del 7% anual entre 1960 y 1990.
Hoy en día Taiwán es uno de los países más democráticos del mundo, con unos niveles de criminalidad muy bajos, y con una esperanza y calidad de vida similar a la de España. Su belleza, poco conocida por el mundo exterior, alberga tesoros para los viajeros más curiosos, con un legado histórico rico, tradiciones milenarias, una gastronomía diversa, y atractivos naturales para los amantes de actividades al aire libre.
En las últimas décadas, el crecimiento económico y militar de China (República Popular China) ha elevado las tensiones en la zona. Esto ha provocado un declive paulatino de la presencia de Taiwán en organizaciones internacionales, y el no poder ser reconocido por la gran mayoría de países del mundo, ya que China corta todas las relaciones diplomáticas con cualquier nación que reconozca la soberanía de Taiwán, y en un mundo tan globalizado donde el dinero manda y siendo el gigante asiático un país tan poderoso, es algo que no interesa. Taiwán fue expulsado de la ONU en 1971, y en la actual crisis sanitaria del COVID-19, no ha podido ser miembro de las conferencias que la OMS ha organizado ya que no puede ser miembro. Actualmente, son poco más de 20 las naciones que reconocen la soberanía de Taiwán, todos ellos sin un peso importante, siendo Paraguay el más importante. El actual jefe de estado de China, Xi Jing Ping, ha elevado el tono de sus amenazas y repite una y otra vez que Taiwán es parte de China, y que será tomada, aunque para ello se tenga que usar la fuerza.
Aunque oficialmente Taiwán no sea reconocido por casi ningún estado, y desde luego ninguno de peso, extraoficialmente sí lo es, recibiendo un trato muy amigable y de apoyo por la mayoría de países de Occidente, siendo Japón y EEUU sus grandes aliados. Es más, si China decide invadir Taiwán militarmente, EEUU está obligado a defender al país isleño, debido a un tratado de mutua defensa firmado por ambos países. La presidenta de Taiwán, Tsai Ying Wen, está decida a defender la soberanía y libertad de sus ciudadanos, cueste lo que cueste. Para EEUU, la caída de la isla en manos de China sería un desastre en el juego de ajedrez político y militar en el que ambas superpotencias están metidas desde hace tiempo. Si bien para China es más un mero tema de orgullo nacional el controlar la isla, se lo debería pensar dos veces, ya que hoy en día EEUU es todavía 7 veces más poderoso que China en el campo militar, además de contar con muchos aliados de occidente, Japón, y Corea del Sur. Además, la situación geográfica de Taiwán, al ser una isla, haría bastante complicado una intervención anfibia, acentuada por las características topográficas pantanosas y de humedales que van de norte a sur a lo largo de toda la costa oeste de Taiwán.
Esperemos que en un futuro China reduzca sus hostilidades verbales contra Taiwán y que no escalen hacia un conflicto armado que tendría consecuencias catastróficas, ya que podría desencadenar un conflicto bélico de magnitudes no vistas desde la Segunda Guerra Mundial.
Gonzalo Navarro Bendito
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