Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario ha abandonado nuestro país a las 01.30 horas de esta madrugada en un avión oficial argelino.
Ghali salió del Hospital San Pedro de Logroño ayer tras declarar por videoconferencia ante el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz.
El ministerio de Asuntos Exteriores se puso en contacto con el gobierno de Marruecos para comunicarle que que tras prestar declaración, Ghali no tenía restringidos sus movimientos y podría abandonar España.
José Luis Ábalos explicó que España acogió a Ghali por "razones humanitarias", detalle este que no fue bien visto por el PP, cuyo líder (Pablo Casado) mantuvo conversaciones a espaldas del Gobierno español con los principales líderes de los partidos marroquís, alineándose con sus extratégias y teniendo conocimiento del asalto a nuestras fronteras para debilitar al ejecutivo de Pedro Sánchez.
La acogida de Ghali ha servido tanto a Marruecos como al PP como detonante de una crisis cuya consecuencia fue la entrada de miles de personas por la frontera de Ceuta, después de que las autoridades policiales del país vecino les facilitaran el paso abriendo las puertas mientras en España la derecha se alineaba con Rabat.
Luego y una vez que el ejecutivo de Sánchez, 24 horas después acabara con la crisis, llegó la llamada a consultas de la embajadora marroquí en España, los ataques y el chantaje constante del gobierno alaui, los titulares insultantes de la prensa vecina y el intento de derribar al gobierno español por parte de PP y de Vox.
Ahora tras la salida de Ghali, Marruecos considera que España "ha facilitado" la vuelta de Ghali a Argelia, y amenaza con tomar medidas drásticas urgentes.
La amenaza ha sido promovida por el dictador Mohamed VI que ha presidido en Fez un gabinete de crisis en el que ha comparecido Fouad Ali Himma que es según fuentes del país su consejero personal , Yassine Mansouri, jefe de la inteligencia internacional y un responsable de las Fuerzas Armadas cuyo nombre no ha sido desvelado. En dicha reunión se ha valorado romper relaciones diplomáticas con España, invitando al embajador español a abandonar el país.
Desde el ejecutivo de Pedro Sánchez, fuentes consultadas valoran como un error que Marruecos tome finalmente esta decisión, aunque aclaran que dicha amenaza no condicionará las decisiones de un gobierno democrático como el español, respecto a su posición con el Sahara.
“Marruecos no tiene ningún problema con los ciudadanos españoles, los operadores económicos, los actores culturales y los turistas, que son bien acogidos como amigos y vecinos en el país", dijeron hace dos días desde el ministerio de exteriores de Marruecos dejando entrever que una posible salida del embajador español en Rabat no tiene por qué afectar a las relaciones comerciales, donde el claro perdedor sería Marruecos.
A algunos miembros del gobierno español les resulta curioso que Marruecos, un país donde impera una dictadura, no se respetan los derechos humanos y donde se utiliza a los niños como moneda de cambio y carne de cañón, califique al Frente Polisario de “grupo terrorista”, y a Brahim Ghali se le considere un “verdugo y criminal”. Asimismo anuncian que no están dispuestos a consentir ni declaraciones ni advertencias como las de la embajadora marroquí en España, Karima Benyaich, cuando dijo que "la salida de Ghali de España sería un test para valorar las relaciones de su país con España”.
Ayer el Ejecutivo español y en especial Pedro Sánchez dejo claro al gobierno marroquí con la salida de Ghali que no se deja condicionar y menos aun está dispuesto a un nuevo ataque como el que tuvo lugar contra la frontera española permitiendo el acceso a más de 10.000 ciudadanos, buscando que España tomara una posición favorable a sus intereses en relación a la territorialidad del Sáhara Occidental, lo que significó un chantaje en toda regla.
Si (
No(
