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"Ribera del Duero para el S-81 Isaac Peral”, por Diego Quevedo, Alférez de Navío (R)

'Ribera del Duero para el S-81 Isaac Peral”, por Diego Quevedo, Alférez de Navío (R)
El jueves 22 de Abril de 2021 pasará a la historia de la Armada Española y del Astillero de Navantia en Cartagena, por haber sido el día en que SAR la Princesa de Asturias, amadrinó un buque de la Armada, concretamente el Submarino S-81 “Isaac Peral”, en un hecho que contó con la presencia de toda la Familia Real española, hecho que ya indica, por sí sólo, la importancia de la jornada que se viviría.
'Ribera del Duero para el S-81 Isaac Peral”, por Diego Quevedo, Alférez de Navío (R)

Así, pasadas las 13,30 horas, la Princesa Leonor y futura Reina de España, cortaba la cinta rojigualda que sujetaba la botella que habría de estallar contra el casco del flamante submarino. En esta ocasión, la Armada no utilizó la tradicional botella de cava, sino que se optó por algo novedoso, como fue el de usar para la ceremonia una botella de algo tan nuestro, tan español como el propio submarino, como lo era una de vino tinto, de la españolísima denominación de origen “Ribera del Duero”….ahí es nada!!!

Tras la rotura de la botella, señal de buen augurio para la nueva unidad, sus restos cayeron al suelo de la grada, y tras los acordes del Himno de España y las fotos de los Reyes y Altezas Reales, con la primera dotación del flamante S-81, orgullo de la industria española de Defensa y de la Armada, poco después concluía el acto, al que había asistido (la ocasión lo merecía), toda la cúpula de la Jefatura del Estado, así como de la Armada, la Ministra de Defensa y diversos representantes diplomáticos de países amigos, autoridades políticas y un “no muy largo etc.”, porque la actual pandemia obliga a ello. En aquel momento, esa luz que a veces se enciende en nuestro cerebro, me iluminó para preguntar al responsable de la maniobra: ¿qué harás con los restos de la botella?, a lo que me respondió: “pues nada, al contenedor de vidrio”, preguntándole entonces si me la podía quedar. Su reacción fue inmediata: “no hay problema”. Horas después me la entregó y aquí está. Mi intención era, de momento, recuperarla para la historia y después darle alguna utilidad como pieza histórica que es. Así que de momento la tengo en casa mientras se decide su futuro del que daré cuenta en breves días. Pienso que pronto volará para tener un digno destino final.

No quiero olvidar aquí a la persona que me dijo, sin dudar además, “cuenta con ella”. Me refiero a Ramón Sánchez-Ferragut Ortiz-Repiso, quien me comentó que su esposa fue la artífice de trenzar esa especie de red con el color azul de Navantia. Gracias Ramón por haber atendido mi petición y evitar en suma el que los restos de esta botella que forman parte desde “ya mismo” de la historia de nuestra Armada no acabarán en el contenedor verde de reciclado de vidrio. Y reitero: su destino lo desvelaré en breve. AD VTRUNQUE PARATUS FOREVER!!!

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