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La desaparición del matrimonio Vila-Brú, por Pedro Cuesta Escudero

La desaparición del matrimonio Vila-Brú, por Pedro Cuesta Escudero
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miércoles 28 de abril de 2021, 12:05h
La desaparición del matrimonio Vila-Brú, por Pedro Cuesta Escudero
La desaparición del matrimonio Vila-Brú, por Pedro Cuesta Escudero
En la década de los treinta de la centuria pasada la sociedad española vivió cambios muy intensos que comportaron una mudanza de régimen político, de la monarquía alfonsina a la Segunda República, y con ello la implantación de un sistema democrático.
La desaparición del matrimonio Vila-Brú, por Pedro Cuesta Escudero

De este modo, se hizo posible el acceso al poder de las organizaciones obreras, y ello puso en peligro el tradicional monopolio ideológico y económico de terratenientes, industriales, ejército e Iglesia en la sociedad española. El ejército, que durante el siglo XIX era básicamente liberal y progresista, se fue haciendo conservador tras la restauración canovista, a lo que contribuyó el que se le echara la culpa de las derrotas y desastres coloniales. Restablecida la democracia en 1978, ha existido un largo periodo de tiempo en el que ha reinado la más absoluta oscuridad sobre la dictadura franquista y sus salvajes métodos represivos, cuyas consecuencias las padecieron fundamentalmente los trabajadores. Esta amnesia colectiva, según el criterio de algunos, ha contribuido al asentamiento de la novel democracia. Es una falacia, pues la amnesia es la peor enfermedad que puede tener una sociedad. Aunque se suele decir que el hombre es el único animal que tropieza en la misma piedra, al menos al tener memoria cabe la posibilidad de rectificaciones.

Las desapariciones tras el golpe de estado de 1936

El 19 de julio de 1936 triunfa el golpe de estado en la ciudad de Cáceres. Inmediatamente comienzan a ser detenidos algunos de sus vecinos relacionados con organizaciones políticas y sindicales que los golpistas y quienes les apoyaban presuponían contrarios a tal acción. Veintitrés de los detenidos fueron asesinados en el mes de agosto de 1936 y hoy sabemos que cinco de ellos fueron enterrados en el cementerio de la ciudad. Sin embargo se desconoce dónde reposan los restos de los demás. Entre esos dieciocho restantes consta el matrimonio formado por Ricardo Vila Maset y Rafaela Brú Casanova que, a partir del 27 de agosto de 1936, ya no se les vio más. A principios de julio de 1942, a petición de Rafaela Vila Brú, hija mayor del matrimonio, el Juez de Primera Instancia e Instrucción de Cáceres, se dirigió al máximo responsable policial de la ciudad requiriéndole referida a la “desaparición o muerte de Ricardo Vila Maset y Rafaela Brú Casanova, los cuales desaparecieron de su domicilio el día 22 de agosto de 1936”. La respuesta que obtuvo el juez del responsable policial fue escueta: “que, según gestiones practicadas, los vecinos de esta capital Ricardo Vila Maset y Rafaela Brú Casanova fueron ingresados en la prisión provincial por orden del Exmo. Sr. Gobernador Civil el 21 y 27 de julio de 1936 respectivamente, siendo puestos en libertad por la Autoridad Militar, de quien pasaron a depender el día 27 de agosto de 1936, desconociéndose en la actualidad el paradero de ambos”. El 22 de abril de 1947 el Juez, ante el requerimiento de Ricardo Vila Brú, dicta un auto en el que se declaraba “fallecidos los cónyuges Ricardo Vila Maset y Rafaela Brú Casanova, vecinos de esta capital y entendiéndose la muerte el día 27 de agosto de 1936, habiendo dejado sus hijos legítimos llamados Rafaela, Ricardo, Asunción, Ángela, Carmen y Blanca Vila Brú”. El 16 de julio de 1947 se inscribieron en el registro civil las defunciones de Ricardo Vila Maset y Rafaela Brú Casanova, casi once años después de su desaparición.

La amistad de Carmen Vila Brú

Yo conocí a Carmen Vila Brú cuando fui destinado maestro de la escuela de niños de Tierrantona, donde el marido de Carmen, D. Álvaro Vallés, ejercía de médico. El año que llegué a Tierrantona les nació su séptimo hijo, Nando. Fui preceptor de los tres mayores, Alvarín, Ricardo y Lorenzo. Estuve hospedado en su casa y puedo asegurar que los tres años que viví en ese pueblo de la Fueva son de los más felices de mi vida. Con el médico y su mujer los fines de semana solíamos ir a pescar truchas a los ríos pirenaicos o hacer excursiones por aquellos parajes en busca de fresas silvestres setas, frambuesas… De entonces me viene la afición a la montaña. Con Alvarín y Ricardo, los hijos mayores del médico, pasé una noche en la cima de la Peña Montañesa soportando una espantosa tormenta. Parte de mi luna de miel estuve con toda la familia Vallés Vila en acampada libre en Viadós, durmiendo en un coche “Dos caballos”. Estrenamos ese tipo de vida de la acampada libre y vivimos y sentimos la plena naturaleza. Y después, todos los veranos, también en acampada libre, nos veíamos en el valle de Pineta. Y con esa familia he hecho las mejores excursiones que he podido realizar: ascensión a los picos del Aneto, Monte Perdido, La Munia, los Astazus, el Cilindro, recorrer el cañón de Añisclo, atravesar la Brecha de Rolando, internarnos en la cueva helada de Casteret..., disfrutar de las maravillosas veladas alrededor de la hoguera, e incluso, viajamos las dos familias a Soria para recordar a Machado en la Laguna Negra y recorrer los Picos de Urbión para, por un instante, desviar con la mano el curso del río Duero en su nacimiento.

Con qué tristeza hablaba Carmen de su niñez y de la desaparición de sus padres. Menos mal que tenía un marido y unos hijos maravillosos, pero quedar huérfana tan joven… Es una pena que ahora no pueda leer estas páginas, pues un infarto arrebató su vida. Murió en pleno disfrute de sus numerosos nietos, que la adoraban. Ahora está enterrada en el pequeño cementerio de La Espierba. Aunque tarde, pero en su recuerdo, rescato lo que se ha podido averiguar de sus desaparecidos padres.

La filiación política del matrimonio Vila Brú

Contamos con la inestimable investigación del historiador José Hinojosa Duran, de la que extractamos todo lo que ha podido averiguar. Ricardo Vila Maset había nacido en Canals (Valencia) el 22 de diciembre de 1890 y Rafaela Brú Casanova era natural de Balazote (Albacete) donde vio por primera vez la luz el 16 de junio de 1898. Este matrimonio llegó a Cáceres en 1918 donde iniciaron un negocio relacionado con el almacenaje de hierro y metales viejos, al que más tarde se unió la apertura de una frutería. La buena marcha de estos negocios familiares permitió que en los primeros meses de ser instaurada la II República se fueran a vivir con ellos la madre y cuatro hermanos de Rafaela.

Ricardo Vila Maset se había afiliado a la Agrupación de Cáceres del Partido Republicano Radical Socialista, la misma afiliación que tenía su cuñada Asunción Brú. Su cuñado Vicente Brú con 22 años ingresó en la organización cacereña de las Juventudes Comunistas en octubre de 1932 y en febrero de 1933, al cumplir los 18 años, lo hacía su hermano Antonio. La pertenencia de algunos de sus familiares a organizaciones de carácter revolucionario podría explicar la detención y posterior traslado a prisión de Ricardo Vila Maset el 1 de mayo de 1933, junto a los dirigentes locales del PCE. Los detenidos fueron acusados de hacer propaganda a favor de la huelga general convocada por esas fechas por la CNT. Días más tarde todos fueron puestos en libertad. Pero las fuerzas del orden de la ciudad comienzan a catalogar a Ricardo Vila Maset como “comunista significado”. Ya hemos dicho que nuestro protagonista era del Partido Republicano Radical Socialista que, como se sabe, este partido entró en crisis a raíz de la derrota en las elecciones de 1933. Esa izquierda burguesa se reorganiza y a principios de abril de 1934 surge Izquierda Republicana liderada por Manuel Azaña. Esta nueva organización política inició su andadura en Cáceres con 41 socios fundadores, entre ellos Ricardo Vila Maset.

En el movimiento revolucionario de 6 de octubre de 1934 el Gobernador ordenó el destierro de Ricardo Vila por sospechoso. Resulta que trabajaba en su frutería un joven comunista, Juan Montalvo, que fue el impulsor de la redacción, impresión y reparto de un manifiesto de carácter revolucionario en apoyo de la huelga. Pero las fuerzas del orden de Cáceres consideran que el autor de ese manifiesto era Ricardo Vila, por lo que al ser desterrado se fueron a vivir a Algemesi. El matrimonio y su familia regresan a Extremadura, concretamente a Mérida, a finales de la primavera de 1935. Allí pidieron al Gobernador civil poder regresar a Cáceres. Al ser aceptada la petición la familia Vila Brú puede regresar a Cáceres en julio de 1935. Pero las fuerzas del orden de la capital extremeña siguen considerando a Ricardo Vila como uno de los “comunistas destacados”, por lo que fue sometido a vigilancia junto a dirigentes locales del PCE.

Detención y desaparición del matrimonio tras el golpe de estado

Como se sabe la crisis del gobierno radical-cedista supuso la convocatoria de elecciones generales el 16 de febrero de 1936, resultando ganadora la coalición de centroizquierda, el llamado Frente Popular. La nueva situación política supuso un nuevo tiempo político para la familia Vila- Brú. Rafaela Brú tuvo un importante protagonismo en la asamblea provincial convocada por el PCE, lo que hace sospechar que habría ingresado en dicha organización política. Rafaela Brú fue la responsable femenina del PCE a nivel provincial y luchó por la igualdad de sexos. O sea, en los meses previos al golpe de estado debió ser una importante dirigente del partido comunista a nivel provincial. También en esos meses formó parte del Socorro Rojo junto con su hermano Antonio y sus hijos mayores Rafaela, Ricardo y Asunción. Cuando el golpe de estado se estaba celebrando en Cáceres la primera conferencia provincial del PEC.

El día 21 de julio de 1936 Ricardo Vila Maset es detenido y trasladado a la prisión provincial por orden del Gobernador civil. A partir de ese momento quedó a disposición del Comandante Militar de la plaza. Aunque su detención se relaciona con “un supuesto delito de Ley de Imprenta”, una anotación en el margen de la orden de traslado a prisión revela la causa real: Detenido con motivo del movimiento nacional antimarxista por ser uno de los comunistas más destacados”. Seis días después, el 27 de julio de 1936, Rafaela Brú Casanova es detenida también y puesta a disposición del comandante militar de Cáceres. Se desconoce la causa legal de esta detención, pero la anotación de traslado a la prisión dice: “Detenida por hacer propaganda y haber sido propuesta para presidenta del Comité provincial de Cáceres del partido comunista”. O sea, fue el móvil político la verdadera razón de la detención y puesta en prisión del matrimonio Vila-Bru.

El 3 de agosto de 1936 las fuerzas del orden público registran el almacén y la frutería de la familia y, aunque no encuentran nada sospechoso, se procede a la clausura y precintado de ambos locales. En la madrugada del 12 de agosto de 1936 un requeté y un falangista, auxiliados por un guardia municipal, detienen a Ricardo Vila Brú y a Lorenzo Morales (esposo de Ángeles Brú Casanova) y los entregan a la policía. En el registro se incautan de 120 obras “de carácter comunista” perteneciente a Ricardo Vila Maset (eran obras de Blasco Ibáñez, de Víctor Hugo, de Emilio Zola y de otros autores de ese estilo) y 7.600 ptas. que fueron depositadas en las oficinas de las Milicias Patrióticas. Cuando el Gobernador Civil ingresó ese dinero en la Caja de Depósitos faltaban 50 ptas.

El 18 de agosto de 1936 el comandante militar comunicaba al gobernador civil que “según le informa el Comandante Juez Militar de esta Plaza, al arriba indicado [Ricardo Vila Maset], lo deja a su disposición en la Prisión Provincial, por no aparecer cargo delictivo alguno contra el mismo en expediente que se le instruye sobre supuesto delito de Ley de Imprenta”.

Cuatro días más tarde, el 22 de agosto de 1936, el gobernador civil ordenaba poner en libertad a Ricardo Vila Maset y Rafaela Brú Casanova y lo hacía “en cumplimiento de orden del Ilmo. Sr. Coronel Comandante Militar de esta Plaza”. A ambos se les indicaba “la obligación de presentarse diariamente, a las 12 horas, en la Comisaría de Investigación y Vigilancia de esta capital”.

Sin embargo nunca pudieron cumplir dicha obligación pues fueron trasladados en una camioneta ocupada por falangistas y guardias civiles a los “puentes del Tajo”, donde fueron asesinados. Los ejecutores de esta acción no dudaron en hacer desaparecer sus cuerpos. En el momento de su asesinato Ricardo Vila Maset tenía 46 años y su esposa Rafaela Vila Casanova 38 años.

La hija mayor, Rafaela (con 18 años en esos momentos), huyó de Cáceres días antes a la detención de su madre y tras algunas penalidades consiguió llegar a Madrid donde se casó con Juan Montalvo Gordillo durante la guerra. A finales de abril de 1937 Asunción Vila Brú era detenida junto a otras jóvenes de la ciudad. Sin embargo no ingresó en prisión por ser menor de edad, tenía tan solo 14 años, y por ello fue trasladada al Asilo de la Santísima Trinidad “en concepto de detenida” y a disposición del juez instructor del juzgado militar número 5 de Cáceres. Asunción fue puesta en libertad en agosto de 1938 si bien quedaría sometida a vigilancia. A principios de mayo de 1937 era detenido su hermano Ricardo, de 17 años, quien fue posteriormente trasladado a la prisión provincial. Un año más tarde fue puesto en libertad y obligado a incorporarse al ejército franquista.

El 24 de diciembre de 1937 fuerzas de orden público registraban de nuevo el domicilio familiar de los Vila Brú. Aunque no se encontró nada sospechoso, Ángeles y Asunción Brú Casanova fueron detenidas y trasladas a prisión. Se les acusaba de colaborar en un supuesto complot que pretendía que la ciudad pasara a manos republicanas. Un supuesto complot que llevó a las autoridades militares y civiles franquistas a detener a más de 320 personas vecinas de la capital y de localidades próximas presuntamente relacionadas con este complot, entre ellas las dos hermanas Brú Casanova. Las autoridades militares franquistas tras estas detenciones adoptaron una medida más drástica como fue el fusilamiento de 196 personas del 25 de diciembre de 1937 al 21 de enero de 1938. Y en esta triste relación se incluyen los hermanos Ángeles, Asunción y Antonio Brú Casanova, quienes murieron ante un piquete de ejecución el 4 de enero de 1938 junto a otras seis personas. Tenían en ese momento 33, 30 y 23 años respectivamente.

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