Traigo a colación tan excelsa reflexión para hablar de la complejidad que hay detrás de la aparente sencillez de todo lo hermoso creado por el Hombre, la Belleza sin bagatelas, aquella que se encuentra en la percepción de nuestra mirada, como pensaría Oscar Wilde.
Nos debemos congratular con lo más elevado de nosotros mismos, con aquello que nos identifica con la armonía de pensamiento y nos reconcilia con el resto de la Humanidad. La belleza de los sentimientos y las obras hermosas que van cargadas de ética, el sonido del “Himno a la Alegría” de Beethoven, “El Éxtasis de Santa Teresa”, de Bernini, la hermosa caligrafía de los manuscritos cistercienses, un paño de lino egipcio, la embelesada navegación de una menorquina en la costa aguileña.
En estos momentos de incertidumbre, donde impera la doma del latigazo, de exaltación de todo lo turbio de la sociedad, debemos sosegarnos, reconciliarnos y encontrar el equilibrio como individuos y como sociedad, el respeto por el trabajo bien hecho. Recordad que la Primavera es un tránsito en vida y un renacer para la felicidad de todos. Agrupemos en lo positivo, seamos soñadores de la Gran Belleza, como la Poesía, que permite penetrar la gélida infinitud de palabras y transformarlas en bálsamo a nuestras heridas.
¡Feliz Primavera. Que sea un camino hacia la Gran Belleza!
Si (
No(
