La ley no está hecha para los hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar que hacen de su capa un sayo y se pasan por el arco del triunfo el confinamiento perimetral que debemos cumplir aquellos que no tenemos sangre azul.
Los dos hermanos han sido vistos paseando cual turistas más por el paseo marítimo con sus amigos, en un restaurante "jartándose" de pescaíto y marisco y riéndose en la cara de los españoles que se ven obligados a llevar la pandemia como mejor pueden.
Hablar de los Borbones no solo empieza a ser cansino, sino a asquear por el proceder poco ético, irresponsable y nada solidario de algunos de sus miembros entre los que destacan Froilán de todos los Santos y Victoria Federica que no ha querido perderse la actuación de su novio el dj Jorge Bárcenas, importándole una "mierda" que muchos hijos por cumplir las normas no hayan podido pasar estos días con sus padres.
Publica Vanitatis que "las limitaciones de movilidad a causa de la pandemia no han sido impedimento para que los royal y sus amigos dejen las ciudades donde viven y se marchen de vacaciones de Semana Santa", un vergonzoso proceder para quienes debieran ser ejemplo y no merecen otra cosa que el desprecio más absoluto del resto de ciudadanos que venimos cumpliendo las normas al objeto de no expandir la pandemia, algo que a ellos no parece importar.
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