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Se recuperan dos culebrinas del pecio Nuestra señora de las Mercedes

Se recuperan dos culebrinas del pecio Nuestra señora de las Mercedes
miércoles 30 de agosto de 2017, 20:16h
El navio se hundió en 1804

Ha sido la tercera expedición científica al pecio Nuestra Señora de Las Mercedes.

Hoy se han recuperado dos culebrinas ocañones del siglo XVI de cuatro metros de longitud y más de dos toneladas de peso cada una, a una profundidad récord de 1.137 metros.

La expedición, organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Armada española, ha permitido recuperar también otras piezas de excepcional interés documental, como un grifo en bronce, una plancha de cobre perforada a modo de respiradero y tres roldanas de bronce con restos de madera por analizar.

Según ha informado este miércoles el Ministerio en un comunicado, ya han empezado los trabajos de limpieza, desalinización, conservación y estudios de los restos recuperados. Está previsto que todas las piezas, junto con las extraídas en las expediciones realizadas en 2015 y 2016 al yacimiento del pecio de Las Mercedes, sean incorporadas en un plazo aproximado de dos años a la exposición permanente del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) en Cartagena.

Toda la operación de extracción de las piezas se ha realizado siguiendo el criterio de su singularidad, así como de la información que puedan aportar sobre la vida a bordo de la fragata. En el caso de las dos culebrinas aparecen expresamente citadas en el manifiesto del cargo de la fragata Mercedes en el Archivo General de Indias (Sevilla).

El navío "Nuestra Señora de Las Mercedes" fue hallado por la empresa norteamericana Odyssey, quien, tras una batalla legal, se vio obligada a devolver el tesoro a España en 2012.

La campaña arqueológica ha cumplido a su vez el objetivo de ampliar el conocimiento del pecio, principalmente del estado de conservación de los materiales y su evolución; registrar la dispersión de los restos de la fragata, continuar el posicionamiento de todos los restos arqueológicos y avanzar en la interpretación y análisis del barco.

En ese sentido, se han realizado prospecciones de extensas áreas al este y el noroeste del pecio, con un sonar de barrido lateral, y se han llevado a cabo estudios de batimetría y perforación de fondos, permitiendo completar la cartografía de la zona del yacimiento.

Para la recuperación de las culebrinas y las demás piezas, se ha utilizado el vehículo submarino no tripulado Rov Liropus, del Instituto Español de Oceanografía, instalado en el Buque de investigación oceanográfico 'Sarmiento de Gamboa' gestionado por el CSIC a través de la Unidad de Tecnología Marina (UTM). Además del gran peso de las culebrinas de bronce, de aproximadamente dos toneladas cada una, el otro gran reto al que se han enfrentado ha sido las dimensiones de los cañones.

El IEO había preparado previamente la maniobra de recuperación seleccionando cabos de materiales sintéticos de poco peso y muy alta resistencia mecánica a la tracción, que pudieran ser lazados a ambos extremos de las culebrinas haciendo posible su izado a superficie. Al estar el fondo compuesto por sedimentos arcillosos muy plásticos, hicieron más complicada la recuperación debido al esfuerzo adicional necesario para despegar las culebrinas del fondo.

También se había diseñado y adaptado en uno de los brazos de titanio del vehículo submarino no tripulado Rov Liropus una lanza de bombeo de agua, destinada limpiar y preparar la maniobra de recuperación sin daños para las culebrinas ni impacto en el medioambiente.

El navío Nuestra Señora de las Mercedes fue una fragata perteneciente a la Armada española, que fue botada en el puerto de La Habana en 1786 y que formaba parte del convoy que cubría la ruta comercial entre las colonias de América y España, amenazada frecuentemente por navíos del Reino Unido.

El 5 de octubre de 1804, y pese a que eran tiempos de paz entre las dos naciones, se produjo la Batalla del Cabo de Santa María, que tuvo como consecuencia el hundimiento de la fragata. En el naufragio de fallecieron 249 marineros. Los 51 supervivientes fueron hechos prisioneros y trasladados al Reino Unido. Este hecho resultó en el final del acuerdo de paz de Inglaterra y España, y fue el preludio de la Batalla de Trafalgar.

Eran cuatro las fragatas españolas, Medea, Mercedes, Fama y Clara, cargadas con los caudales para la corona española bajo el mando del experto marino Don José Bustamante. Navegaban hacia las costas del Cádiz procedentes de Montevideo. A la altura del Cabo San Vicente, al sur de Portugal, son interceptadas y atacadas por cuatro fragatas inglesas que las esperan dispuestas a detenerlas, a pesar de los tratados de paz existentes entre ambas naciones, con tal de conseguir que los caudales no lleguen a manos de Napoleón, su más temido enemigo. Ante la negativa de los mandos españoles de acompañarles a ningún puerto que no sea español, y sin dar apenas tiempo para dialogar y buscar una alternativa sin derramamiento de sangre, Sir Graham Moore, inicia el ataque. En medio del inesperado combate, la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes explota violentamente hundiéndose al instante. Doscientas sesenta y tres personas mueren como consecuencia de la explosión o ahogadas en los momentos posteriores. La pérdida de esta fragata, en la que viajaban numerosos pasajeros, entre ellos la mujer e hijos del segundo comandante, Don Diego Alvear, decanta el combate hacia las naves inglesas que finalmente capturan a las tres fragatas españolas y las conducen como detenidas hasta Gran Bretaña.

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