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"SUDESTE ASIÁTICO NUEVO ESCENARIO DE UNA GUERRA FRÍA", por Augusto Conte de los Ríos, Capitán de Fragata y Subdirector y Jefe de Estudios de la Escuela de Submarinos

'SUDESTE ASIÁTICO NUEVO ESCENARIO DE UNA GUERRA FRÍA', por Augusto Conte de los Ríos, Capitán de Fragata y Subdirector y Jefe de Estudios de la Escuela de Submarinos
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viernes 05 de marzo de 2021, 12:18h
'SUDESTE ASIÁTICO NUEVO ESCENARIO DE UNA GUERRA FRÍA', por Augusto Conte de los Ríos, Capitán de Fragata y Subdirector y Jefe de Estudios de la Escuela de Submarinos
'SUDESTE ASIÁTICO NUEVO ESCENARIO DE UNA GUERRA FRÍA', por Augusto Conte de los Ríos, Capitán de Fragata y Subdirector y Jefe de Estudios de la Escuela de Submarinos

El final de la Segunda Guerra Mundial instauró un escenario mundial bipolar que se vino abajo con la caída del muro y la desmembración de la Unión Soviética. Durante 45 años, Estados Unidos y la Unión Soviética se dedicaron a librar batallas por todo el mundo, de manera más intensa en Europa, donde los soviéticos controlaban una serie de estados satélites detrás de lo que sir Winston Churchill denominaría Telón de Acero. Pero eso acabó, o creemos que acabó, porque ahora vemos que China amenaza la hegemonía de Estados Unidos, especialmente en el Sudeste Asiático.

'SUDESTE ASIÁTICO NUEVO ESCENARIO DE UNA GUERRA FRÍA', por Augusto Conte de los Ríos, Capitán de Fragata y Subdirector y Jefe de Estudios de la Escuela de Submarinos
'SUDESTE ASIÁTICO NUEVO ESCENARIO DE UNA GUERRA FRÍA', por Augusto Conte de los Ríos, Capitán de Fragata y Subdirector y Jefe de Estudios de la Escuela de Submarinos

Recientemente el Dr. Josep Baqués publicó una entrada en Global Strategy sobre el regreso a la gran competencia entre las potencias, en este artículo vislumbramos que estamos abocados a una nueva Guerra Fría que no será tan Fría, más bien Gris. La pugna que estamos viviendo entre China y Estados Unidos en el Sudeste Asiático nos hace recordar algunos momentos de esa Guerra Fría, la diferencia es que no es Europa el escenario del juego sino Asia, un tablero donde las fichas no son las mismas y la partida es más compleja que durante nuestra Guerra Fría donde se dibujaba claramente una frontera entre los dos bandos; ese Telón de Acero aquí no es tan claro, no hay fronteras duras excepto en el caso de la península de Corea que no tiene su equivalente europeo.

Los habitantes del Sudeste Asiático ven cómo se van conformando dos polos antagónicos que luchan por establecer sus propias áreas de interés, Estados Unidos y China tirando cada uno en direcciones opuestas. Los vemos en las protestas contra el reciente golpe militar en Myanmar, por ejemplo, unos sostienen pancartas furiosas contra China por apoyar a los generales golpistas suplicando a Estados Unidos para que intervenga mientras otros agradecen la ayuda de los chinos. Los gobiernos en la región se sienten presionados a elegir un bando en un enfrentamiento marcadamente comercial.

Este tira y afloja se volverá cada vez más feroz, por dos razones. En primer lugar, China lo considera su vecindario próximo, el mismo vecindario que ve la Federación Rusa de Putin en Ucrania o Bielorrusia, el mar del Sur de la China es la puerta a la salida comercial de China, concentra todas las rutas comerciales por las que recibe el petróleo y materias primas, y es la principal ruta de salida de sus productos, la llamada Nueva Ruta de la Seda, una ruta marítima que llega hasta Europa.

Pero el Sudeste Asiático no es sólo una ruta importante para el comercio marítimo internacional. En segundo lugar, Asia concentra más de la mitad de la población mundial y solo el sudeste concentra a 700 millones de habitantes, una población superior a la suma de la Unión Europea, Sudamérica y Oriente Próximo. Su economía, si fuera solo un país, sería la cuarta más grande del mundo sólo por detrás de China, Estados Unidos e India. Y está creciendo rápido.

Las economías de esta zona crecen a un ritmo superior al 5%, concentran la mayor densidad de fábricas que siguen aumentando gracias a las favorables condiciones de su mano de obra, y lo que es más importante, concentran el mayor número de puertos y nodos de comunicación del transporte marítimo mundial, el 85% del planeta. Tanto en términos comerciales como geopolíticos, el Sudeste Asiático es un gran premio.

De los dos competidores, China y Estados Unidos, los chinos ofrecen mayor número de ventajas a corto plazo. Es el mayor socio comercial de la región, y sus números solo hacen más que crecer, ahora más con la distribución de la vacuna. Filipinas uno de los países más poblados de la región y muy afectado por la pandemia, acaba de recibir 600.000 vacunas donadas por el gobierno chino a través de la compañía Sinovac. China está aprovechando su vacuna para extender su poder blando, no solo a Filipinas, también a Camboya, Laos y Pakistán.

Sin embargo, todo esto tiene su cara más amarga, la inversión china, aunque prodigiosa, tiene sus inconvenientes. Las empresas chinas a menudo son acusadas de ser abusivas, prefiriendo trabajadores chinos en lugar de nacionales, reduciendo los beneficios para la economía del país donde se instalan. También está el tema de las disputas territoriales con el empleo de la Milicia Marítima, una suerte de organización pseudomilitar que se dedica a controlar la región o por una flota pesquera cada vez más grande que llega incluso a Sudamérica.

Este tipo de hostilidad hace que China sea impopular en parte del Sudeste Asiático y provoca una serie de prejuicios que desalientan a muchos inversores. Los disturbios contra China se repiten en la zona, empezando por Hong Kong donde vemos como las fuertes represiones crean una imagen muy negativa de su país, además, esto se propaga fácilmente por Estados Unidos y sus aliados, especialmente Reino Unido, antigua metrópoli hongkonesa.

Es posible que las autoridades de estos países no se atrevan a criticar abiertamente a China, por temor a las consecuencias económicas, pero tampoco a apoyarla para no perder el favor de sus propios ciudadanos. Los gobiernos del Sudeste Asiático no desean renunciar al comercio con Estados Unidos y a otros países como Japón, Taiwán y Corea del Sur. Estados Unidos no debería caer en la trampa de tratar de obligar a elegir un bando, en esta nueva Guerra Fría el poder de China se encuentra en la Zona Gris.

La apuesta de China por ejercer la hegemonía en la región está lejos de estar asegurada. Comprender esta dinámica tiene importantes implicaciones, no solo para la seguridad de espacios marítimos como el mar de Sur de la China, sino también para cuestiones más amplias como es la gestión de las relaciones entre Estados Unidos y China.
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