El presidente autonómico de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF, Germán Girela, ha dirigido un escrito al consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, en el que solicita que se priorice en la segunda etapa de la vacunación a las personas trabajadoras que tienen un alto riesgo de exposición al contagio por Covid-19, como son personal docente, personal de Instituciones Penitenciarias, Bomberos, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Policía Local, Protección Civil, Agentes Forestales y Medioambientales, Vigilancia Aduanera y Portuarias, personal de Correos, y el resto de personas trabajadoras de servicios esenciales que desarrollan su actividad en entornos cerrados.
En dicha misiva, el responsable de CSIF, sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, reclama igualmente que se tengan en cuenta los criterios fijados en la Estrategia de Vacunación frente al Covid-19 en España, publicada por el Ministerio de Sanidad, y se identifiquen los grupos prioritarios que deberán vacunarse en la segunda y tercera etapa.
Si bien es cierto que en el plan estratégico del Ministerio de Sanidad se establecen los periodos de tiempo en los que desarrollará cada etapa (la primera etapa de vacunación está prevista que finalice en marzo, la segunda etapa se desarrollará desde marzo a junio y la tercera etapa de junio en adelante), en dicha información no se desarrollan los grupos prioritarios a los que se vacunarán tanto en la etapa segunda como tercera, a excepción de las personas mayores de 80 años que está prevista su vacunación en la etapa segunda.
Además, en el citado documento se establece que cada una de las comunidades y ciudades autónomas, en ejercicio de sus competencias en materia de vacunación, serán las responsables de desarrollar cuantas acciones sean necesarias para el desarrollo de la Estrategia en sus respectivos territorios de forma coordinada con el resto de CCAA y el Ministerio de Sanidad.
CSIF defiende el desarrollo de un plan homogéneo de vacunación en todo el territorio nacional en el que se priorice al personal más expuesto en la segunda etapa y recuerda que gran parte de estos profesionales ejercen su trabajo en entornos cerrados en condiciones de proximidad y por lo tanto el riesgo de contagio es más alto que el de la población general.
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