Era Falgas, sobre todo, un gran amigo de sus amigos. Los que hemos tenido el gran honor de disfrutar de su amistad, recordamos su alegría, sus ganas de vivir superando todas las dificultades que sus dolencias se le oponían. No había acto, acontecimiento o reunión de amigos, de cualquier índole, que no dijese que si.
Mi relación con él comenzó cuando, siendo yo Tcol. Jefe de la PLMM del RAAA73, acudí a su estudio para encargarle el retrato de mi Coronel, Jaime Domínguez Buj, que luego llegaría a ser JEME.
A partir de ese momento empezó una verdadera amistad.
Fui su contacto con el mundo artillero, contando con la ayuda del Coronel Ortega, que lo conocía antes que yo, ya que su padre, cuando fue Coronel-Director de la Fábrica de la Pólvora, le había encargado los retratos de todos los Directores desde 1802, trabajo que realizó, con la investigación correspondiente y que se encuentra en la actual Fábrica de Javalí Viejo.
Fueron sucediéndose los retratos a los Coroneles del RAAA73, cuando sugirió donar parte de su colección más otros que pintaría para la exposición. Donación que se encuentra en el Museo Militar de Cartagena. Posteriormente haría una segunda donación, que por cuestiones legales se encuentra en el Acuartelamiento de Tentegorra.
No quiero acabar este relato sin contar una anécdota. Con ocasión de una exposición en la Sala de Verónicas, le pregunté: “José María, ¿Cómo eliges el lugar del cuadro donde vas a poner tu firma?”, a lo que me contestó: “Es donde me gustaría estar”.
¡Hasta siempre José María, tus amigos no te olvidaremos nunca!