Desde hace siglos, diferentes autores como Aristóteles, Adam Smith, Karl Marx, o incluso la Doctrina Social Católica, se han preocupado por el riesgo de un progreso deshumanizado. Existe un vínculo íntimo entre la solidaridad y la paz en el mundo. Asimismo, el Premio Nobel de Economía Amartya Sen nos brindó un aporte revolucionario al desarrollo humano y los indicadores sociales proponiendo el concepto de capacidad. Argumentó que los gobiernos deberían medirse en función de las capacidades concretas de sus ciudadanos.
Hay que señalar los compromisos más importantes adoptados por la comunidad internacional en relación con el derecho al desarrollo de los pueblos. Empezaremos en 1945 cuando en la Carta de las Naciones Unidas se señala como primer propósito de la misma mantener la paz y seguridad. También propone buscar la cooperación internacional para solucionar los problemas de carácter económico, social, cultural o humanitario. Otras declaraciones más recientes como el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16 del año 2015 pide promover para un desarrollo sostenible una sociedad inclusiva y en paz, proporcionar un acceso a la justicia universal y construir unas instituciones efectivas, responsables e inclusivas en todos los niveles.
Por otra parte, el objetivo de desarrollo sostenible no es solo un concepto políticamente correcto; es otra cosa, es un reclamo antiguo y debemos ser conscientes de ello. Así, en concreto, la actual cooperación internacional para el desarrollo empezó a configurarse coincidiendo con el proceso de descolonización de África y Asia. Los nuevos países independientes superaron su herencia colonial y el Movimiento de No Alineados creció recordándonos que el Tercer Mundo tenía algo más que decir en esta nueva sociedad. Esta nueva voz en las organizaciones internacionales se fue fortaleciendo gradualmente.
El crecimiento de los ingresos es un medio importante para el desarrollo
En esta línea, el enfoque de desarrollo humano, desarrollado por el economista Mahbub Ul Haq, se basa en el trabajo de Amartya Sen sobre las capacidades humanas, a menudo enmarcado en términos de si las personas pueden "ser" y "hacer" cosas deseables en la vida. Se centra en mejorar la vida de las personas en lugar de asumir que el crecimiento económico conducirá, automáticamente, a mayores oportunidades para todos. El crecimiento de los ingresos es un medio importante para el desarrollo, más que un fin en sí mismo. En consecuencia, los tres pilares del desarrollo humano son: a) vivir una vida sana y creativa, b) tener conocimientos y c) tener acceso a los recursos necesarios para un nivel de vida digno. No solo el crecimiento económico.
No son únicamente las Naciones Unidas quien está constantemente emitiendo nuevas declaraciones e iniciativas, también la Unión Europea está considerada líder en Ayuda Oficial al Desarrollo. Se hace hincapié en el gran número de compromisos que mantienen estas políticas europeas. Así se destacan los acuerdos de ayuda entre la Comunidad Económica Europea y los países ACP con los Convenios de Cotonou y Lomé principalmente. Todo ello se presenta en relación con la respuesta de la UE de al llamado global para el cumplimiento de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
Finalmente hay que nombrar brevemente a las Organizaciones No Gubernamentales y otros actores. Las iniciativas privadas están teniendo cada vez mayor importancia en este siglo. A veces ONGs como la Fundación de Bill y Melinda Gates es el mayor donante y tienen un presupuesto mayor que la Organización Mundial de la Salud. Se debe ser realista y enfatizar en la importancia de reconocer el nuevo papel que las grandes compañías están jugando. El concepto de responsabilidad social corporativa las impulsa a adoptar voluntariamente buenas prácticas sociales. Al fin y al cabo el subdesarrollo es una amenaza para la paz y debería preocupar a todo el mundo.
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