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Puigdemont tiene previsto al margen de la consulta del 1 de octubre, alargar la convocatoria electoral.

Puigdemont tiene previsto al margen de la consulta del 1 de octubre, alargar la convocatoria electoral.
lunes 28 de agosto de 2017, 09:56h
El PDeCAT contra las cuerdas.

Tras la manifestación en Barcelona en homenaje a los fallecidos en los atentados, se produjo como ya les informamos el cortejo de Junqueras a Pablo Iglesias en casa de Jaume Roures directivo de Mediaset y hombre cercano al lider de Podemos, cena promovida por Ada Colau , alcaldesa de Barcelona y lider de En Comu junto a Xabier Domenech que acompañó a Pablo Iglesias.

Junqueras cuyo cometido no era otro que cortejara a Iglesias para un pacto postelectoral y sondear un posible apoyo por parte de Podemos al Proceso Catalán, tras comprobar que las encuestas les son favorables a ERC en cataluña y siendo así, Junts pel Sí está roto.

Ahora el problema lo tiene Puigdemont. Si tras el 1 de octubre la legislatura catalana se da por finiquitada, el PDeCAT perdería la Generalitad según las encuestas, ello hace que el presidente de la Generalitad necesite ganar tiempo y alargar la fecha de los comicios autonómicos. Recordemos que la independencia se iba a declarar en 18 meses y no se ha hecho . Con el plazo ya ha vencido y con la seguridad que tienen de que no podrán llevar a cabo el anunciado referendum, solo queda una, convocar elecciones. El problema está en convocarlas ahora,. Puigdemont no lo ve y por ello ha previsto alargarlas cuanto más mejor. Así se lo ha comunicado Puigdemont a su círculo más cercano.

PSC, PP y C’S insisten un día sí y otro también en que haya elecciones que a buen seguro se hubieran convocado de no ser por los ataques en Barcelona y Cambrils.

Tras los atentados la agenda de los partidos soberanistas no ha cambiado pero sí la del PDeCAT que tras el 1 de octubre esperan la ruptura definitiva de Junts pel Sí y por tanto no poder llevar a cabo el referéndum, al no conseguir superar los 2,3 millones de votos que votaron en el 9-N y con ello el respaldo internacional esperado.

Y mientras esto se produce y PDeCAT y ERC empiecen a echarse en cara de quien es la culpa, los partidos de la oposición se preparan a la espera de una nueva convocatoria electoral. El principal problema por tanto , no es que gane el sí, que ganará al no, al ir a votar los que apuestan por seguir siendo parte de España, sino que no se llegue a ese mínimo de votos. El objetivo a partir de ese momento será por consiguiente seguir ocupando el sillón principal en el gobierno autonómico. Estando así las cosas se da por casi seguro que tras el uno de octubre nada cambiará.Tanto Pugidemont como ERC, por motivos distintos, aspiran a reeditar Junts pel Sí. Una nueva candidatura unitaria, puede garantizarles el gobierno, mientras que por separado, no. En este caso Junqueras no permitirá a Puigdemont encabezar la lista de la coalición, aunque es muy posible que Puigdemont tampoco quiera y prefiera que quien se estrelle sea el lider de ERC.

Para reeditar una candidatura unitaria como Junts pel Sí, Junqueras y Puigdemont necesitan tiempo, sobre todo por las reservas que ponen las bases del PDeCAT que entienden que su formación se ha convertido en un rehen de la CUP que es la que parece marcar la política y los tiempos. Oriol Junqueras cuenta a su favor con Artur Mas quién desde la sombra sigue dirigiendo el PDeCAT y que como Puigdemont apuesta por alargar lam legislatura, ya que de perder tendrian tiempo evitaría que el electorado les pasase factura e incluso desertara de sus filas con el problema añadido de que ERC, parece ser la más favorecida por las encuestas. Eso si se pierde, pero ¿ y si se gana?

Si se gana, tampoco lo tendrán mejor pues sería la CUP, cuya apuesta por el 'procés' ha sido clave, saldría mejor parada al autoimputarse el éxito.

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