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EL SEGUNDO PODER, sección realizada por Tomás Guillén, Periodista

Javier Cortijo: “Nadie duda de que en las RRSS se dan prácticas lamentables e incluso delictivas que lo manchan todo”

Javier Cortijo: “Nadie duda de que en las RRSS se dan prácticas lamentables e incluso delictivas que lo manchan todo”
domingo 27 de diciembre de 2020, 11:09h
Javier Cortijo: “Nadie duda de que en las RRSS se dan prácticas lamentables e incluso delictivas que lo manchan todo”
Javier Cortijo Pardo (Huesca, 1959). Está casado y tiene dos hijas. Es Licenciado en Sociología y Máster en Sociología Aplicada. Trabaja en la radio pública desde 1984, primero en Radiocadena Española y después (con la fusión de las dos cadenas de radio de RTVE) en Radio Nacional. Fue director de la emisora de Barbastro (Huesca) entre 1987 y 1990 y de la de Palencia entre 1990 y 1997. En RNE Castilla y León dirigió y presentó un programa regional de medio ambiente de fin de semana. Desde 1997 trabaja en la emisora de Radio Nacional de España en Murcia. Entre Octubre de 2017 y Diciembre de 2018 fue editor y entre Enero de 2019 y Diciembre de 2020, Jefe de Informativos.

“De la radio se puede decir aquello de que tiene una “mala salud de hierro”; “Desde luego eso es un problema, estamos en una especie de taberna o patio de vecinos global en las que la información se mezcla con las gracietas, las maldades, los intentos interesadísimos de manipulación…”; “Con las nuevas tecnologías la radio ha ganado algo en inmediatez, pero sobre todo ha ganado en los productos (programas, reportajes) elaborados que no están vinculados al instante concreto”; “A mí me parece que más que exceso de información hay una clara falta de buena información, de información periodística de calidad”; “Estaría mejor informada la sociedad si los buenos medios tuvieran más solidez empresarial y pudieran elaborar la información de calidad”; “Soy partidario de poner coto a las manipulaciones y a las agresiones que se escudan en la libertad”; “Después de una época de utopías frustradas ahora están de moda las distopías”; “Los medios deberían tener el poder, la capacidad, de hacer su trabajo de forma rigurosa e independiente”; “lo mejor sería que la falta de demanda y de interés acabara extinguiendo todo lo chapucero, las simplezas, el griterío y la crispació

P.-¿La radio sigue entreteniendo?
R.-Claro, a mí, por lo menos, sí. Tanto hacerla como escucharla. Y en general creo que sigue viva y cambiando. Ahora a través de Internet, con los podcast y con todo tipo de fórmulas. No siempre ha sido igual, en cada época ha tenido sus fórmulas de éxito, otras más minoritarias y también fracasos, claro. Y en la actualidad también.

P.-Sigue sobreviviendo frente a la televisión y a la infinidad de RRSS, a pesar de los malos augurios que le daban en la década de los 80 del pasado siglo

R.-De la radio se puede decir aquello de que tiene una “mala salud de hierro”. Ahora la competencia en materia de entretenimiento es gigantesca pero las novedades tecnológicas han traído también nuevas formas de hacer y de escuchar radio.

P.-¿Hay caos realmente entre ficción y realidad, después de las cada vez más frecuentadas RRSS?

R.-Supongo que no te refieres a la auténtica ficción que en la radio ha tenido tiempos mejores, sino a las noticias falsas difundidas con intención maliciosa o por simple frivolidad. Desde luego eso es un problema, estamos en una especie de taberna o patio de vecinos global en las que la información se mezcla con las gracietas, las maldades, los intentos interesadísimos de manipulación…Sin duda, tenemos un problema. Tanto por la manipulación en un espacio público (el nuevo espacio público cibernético) como por las tragaderas de quienes se conforman con cualquier cosa y no seleccionan los canales –tradicionales o innovadores- que ofrecen una información rigurosa.

P.-La radio es instantaneidad, ¿pero las RRSS no le han robado la vez?

R.-Hoy la información es instantánea por todos los medios porque la tecnología lo permite de una forma que no hubiéramos soñado hace pocos años. Las redes sociales, la radio, la televisión, las llamadas de unos teléfonos que tenemos a mano siempre…todo facilita que cualquier cosa que pase (enorme o minúscula) se transmita al instante. Pero también es verdad que todos utilizamos muchos medios para estar al día. Nos enteramos por uno, pero luego vamos a otro y a otro más, e incluso al día siguiente a otro para un análisis más reposado de lo que ha sucedido.

Y, por otra parte, con las nuevas tecnologías la radio ha ganado algo en inmediatez, pero sobre todo ha ganado en los productos (programas, reportajes) elaborados que no están vinculados al instante concreto. Antes, si te lo perdías en el momento de la emisión ya era muy difícil recuperarlo, ahora con los podcast, es muy sencillo y cada oyente elige la hora que quiere para escuchar lo que le gusta. Y, además, cualquier programa, cualquier reportaje, cualquier fragmento de interés corre que vuela por las redes sociales que se convierten en altavoz u onda expansiva de un producto que es de radio.

P.-¿Hay un exceso de información, no crees que está saturada la sociedad?

R.-Pues, en cierta medida, se puede decir que hay una sobreabundancia de información. De todas maneras, desde mi punto de vista, hay una escasez muy notable de buen periodismo…Todo el mundo te cuenta cosas por múltiples vías, pero la información periodística es otra cosa. Supone un esfuerzo añadido que se tiene que traducir en información relevante, contrastada de verdad (no solo discutida), contextualizada, analizada. Eso es difícil y caro. En fin, a mí me parece que más que exceso de información hay una clara falta de buena información, de información periodística de calidad.

P.-¿Es quizás por este condicionante que existe una sociedad cada vez más desinformada?

R.-Estaría mejor informada si los buenos medios tuvieran más solidez empresarial y pudieran elaborar la información de calidad de la que te hablaba. Hoy en día muchos periodistas se tienen que conformar con hacer lo que pueden con medios muy escasos. Pero tampoco hay que engañarse, en el mundo de la información hay mucha que es interesada y mucha maliciosa y es difícil que nos libremos de ella.

P.-¿o apática?

R.-Al menos, desde la Grecia clásica existe el sueño de una sociedad cívica y cultivada… También, la manipulación, también la apatía…Son combates de nunca acabar en los que muchas veces se utilizan grandes palabras (como libertad) para defender lo contrario de lo que significan.

P.-¿Habría que regular más este sector de los mass-media, ya no por los contenidos, sino por las formas y formatos para desarrollarlos? Regularlos para proteger la libertad, la persona y el pluralismo

R.-Desde mi punto de vista hay que defender el espacio público en todas sus formas. Eso supone defender el derecho a una información veraz y la libertad de expresión. Yo soy partidario de poner coto a las manipulaciones y a las agresiones que se escudan en la libertad. Pero, como te decía antes, me preocupa mucho también quienes predican regulación para defender un control inadmisible o quienes con la excusa de defender las instituciones impiden la difusión de informaciones relevantes con el único objeto de proteger intereses oscuros o meridianamente claros.

P.-¿Al final el espectáculo, a veces circense, de muchas RRSS denigran al periodismo no ya clásico sino fiable y real?

R.-Nadie duda de que en las RRSS se dan prácticas lamentables e incluso delictivas que lo manchan todo.

P.-¿Sigue siendo trascendental la audiencia en radio?, pero ¿para competir con las plataformas digitales?

R.-Las plataformas digitales también son cómplices, apoyo para la radio: aplicaciones para escucharla en el móvil, podcast para seleccionar y escuchar lo que te gusta en el momento en el que puedes. Como en la vida misma hay lucha, competencia y cooperación… Y adaptación de los mensajes y los medios (incluida la radio) al medio ambiente social y al tecnológico.

P.-Tras la aparición de los actuales medios, plataformas digitales, webs, etc., ¿por dónde pasa el futuro?

R.-El futuro por definición es ignoto, por eso nos asombra tanto que alguien –como Julio Verne- intuyera algunos de sus inventos, aunque nadie haya logrado un dibujo completo del porvenir. Después de una época de utopías frustradas ahora están de moda las distopías. Yo creo que la que viene se parecerá más a la de Huxley (Un mundo feliz) que a la de Orwell (1984) aunque también es posible que a unos les toque la primera y a otros la segunda. Aunque lo que me gustaría es que no llegara –o no se arraigara- ninguna de las dos.

P.-¿Crees que se ha llegado al estado de un claro Segundo Poder (por su influencia social), los mass-media, me refiero, después de la increíble y rápida subida de las RRSS y plataformas digitales?

R.-Ah, el poder… En el periodismo y en los medios hay quien tiene mucho poder. Decir eso, en general, de los periodistas o de los medios me parece un exceso… Hoy muchos medios son más débiles que poderosos, unos por falta de recursos, otros por sometimiento a quienes no deberían estar sometidos…. Y los medios deberían tener el poder, la capacidad, de hacer su trabajo de forma rigurosa e independiente.

P.-¿Este es un oficio que apasiona si se le encuentra su punto de cocción ideal?

R.-Apasiona y mucho. Pero, como todo, se puede hacer con rigor, con pasión y también para cubrir el expediente. De todo hay.

P.-Alguna vez y más de un informador se ha creído el ombligo del mundo

R.-El ombligo, el corazón y la cabeza…Pero periodistas, artistas, intelectuales, políticos, financieros, religiosos….Hay muchas profesiones que pueden facilitar delirio.

P.-¿Por qué crees que algunos periodistas o comunicadores pueden llegar a endiosarse?

R.-Supongo que más por sus propias carencias que por sus capacidades. Y, como en otras profesiones, debe tener algo que ver el hecho de que te escuchen, vean tus programas de televisión o tus vídeos de Internet o te lean en el medio que sea… Además, como es creciente la tendencia a seguir solo a quien piensa como tú, el periodista o el comunicador recibe, sobre todo, aplausos de quienes le siguen. Y los abucheos o los insultos le vienen de los radicalmente contrarios, lo que también les ayuda a sentirse mejor. En fin, hay muchas razones, pero el resultado, el endiosamiento, es un desastre.

P.-¿La radio lleva camino de especializarse o está bien como estamos?

R.-Estamos especializados (en Radio Nacional, por ejemplo, Radio Clásica, Radio 3 y Radio 5 Todo Noticias) Y seguimos siendo generalistas (en nuestro primer programa, Radio Nacional). Otras cadenas también hacen lo mismo. Además, seguramente cambiaremos, debemos cambiar.

P.-¿Qué le suprimirías a la radio actualmente? ¿Y a la TV?

R.-Quizá parezca la pregunta más sencilla, pero no sé muy bien qué decirte. Desde luego lo mejor sería que la falta de demanda y de interés acabara extinguiendo todo lo chapucero, las simplezas, el griterío y la crispación. Más que suprimir, lo que me gustaría es que triunfaran la radio y la tele de calidad. Aunque me temo que es una respuesta tan simple como pedir algo innovador y fresco. Está bien, todo el mundo quiere eso, pero nunca se sabe lo que es hasta que llega alguien con intuición y genio para inventarlo y ponerlo en marcha. Por mi edad he visto desaparecer fórmulas de radio que, en su día, fueron de éxito y también surgir otras que nos deslumbraron. Y después hemos visto cómo perdían brío a base de repetirse hasta la extenuación… Hay que estar atento y disfrutar de lo bueno entre todo lo que surge

P.-El periodismo impreso lleva varias décadas agonizando, así coinciden todos los teóricos comunicólogos, pero ahí sigue como si fuera ayer cuando salió a la calle su primer número

R.-A mi me sigue gustando el papel, pero leo también en pantallas. Yo creo y -sobre todo- deseo que haya buenos periodistas que sigan dominando el arte de escribir para contar e interpretar lo que pasa en el mundo y lectores que seamos capaces de aprovecharlo y de disfrutarlo. Y, desde luego, me refiero a las cosas importantes y complejas para las que no basta con un par de frases, pero también a las historias que se consideran menores incluso frívolas. Todo se puede escribir y contar bien.

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