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MENSAJE COBARDE DE FELIPE VI INDULTANDO A SU PADRE, A LOS MILITARES FRANQUISTAS Y AVALANDO LA CORRUPCIÓN

MENSAJE COBARDE DE FELIPE VI INDULTANDO A SU PADRE, A LOS MILITARES FRANQUISTAS Y AVALANDO LA CORRUPCIÓN
viernes 25 de diciembre de 2020, 11:29h
MENSAJE COBARDE DE FELIPE VI INDULTANDO A SU PADRE, A LOS MILITARES FRANQUISTAS Y AVALANDO LA CORRUPCIÓN
Ayer no se vio al Jefe del Estado sino a al hijo de un presunto delincuente desviando la atención de aquellos a los que debe el pan.

El patético mensaje navideño del rey (con minúscula) Felipe VI a los españoles no solo ha defraudado, sino ha demostrado que con su silencio en asuntos que atañen al emérito o a cuanto se ha conocido sobre las manifestaciones y cartas del grupo de militares golpistas, el Jefe de Estado no ha sabido estar a la altura del cargo que representa.

Esta Nochebuena quien comparecía ante los españoles, no era el hijo de Juan Carlos I, lo hacía Felipe VI, el rey (con minúscula) de todos los españoles y la persona que ostenta la jefatura de un estado donde el Jefe de Estado anterior se ve salpicado por numerosos asuntos de corrupción.

En directo, en horario prime time, el "soberano" no ha hecho otra cosa que desviar la atención abordando dos temas nada comprometidos para con la situación de la Casa Real como son la situación sanitaria y la económica que a buen seguro un médico y un inspector de hacienda hubieran abordado mejor.

Su discurso, insulso y nada valiente lo ha iniciado diciendo: "Estamos ante grandes retos pero no insalvables, su superación nos debe unir a todos en un esfuerzo colectivo, dar lo mejor de sí mismo, cada uno desde sus responsabilidades y capacidades". Palabrería barata que le venía al pelo para así elogiar a cuantos han afrontado esta situación adversa, algo que siempre viene bien y que según él se ha llevado a cabo "con abnegación, compromiso y generosidad" olvidándose además de que lo han hecho por obligación, que es la misma que tenía su padre de tributar al fisco, asunto este que ha obviado.

"España es un Estado sólido y avanzado, al que la pandemia ha puesto a prueba, especialmente a los servidores públicos que, con su vocación de servicio, han estado en primera línea" ha dicho, olvidando aclarar que mientras esto sucedía, Juan Carlos I salía de España por la puerta de atrás arrastrando en su huída la decencia de la que a lo largo de la historia los borbones han hecho gala y poniendo en tela de juicio la necesidad o no de una monarquía.

Luego ha hecho una reseña a nuestro sistema de convivencia a la Constitución que según sus palabras "garantiza nuestra visión de la sociedad y del ser humano" una Constitución "que debe respetar nuestro fundamento social y económico, la garantía de la democracia y la libertad", frase grandilocuente que en nada le compromete y nada aporta y con la que ha dado paso a otra frase en la que habla de "compromiso democrático" y en la que el rey (con minúsculas) habría podido aprovechar para dejar clara la posición de la Corona sobre los infames exmilitares que se mostraban dispuestos a fusilar a 26 millones de españoles.

Pero si hay una frase que ha destacado por los tópicos utilizados ha sido: "Ese compromiso democrático, la defensa de los valores morales y éticos nos obligan a todos sin excepción". Menos a su papi claro está y a los demás miembros de su familia como es el caso de la Infanta Elena y sus vástagos, además de la reina Sofía beneficiarios del dinero de esas tarjetas opacas que tenían por testaferro real a un teniente coronel.

Y tras "esto", para finalizar un mitin chabacano con el que el Jefe del Estado ha intentado salvar los muebles, se ha dedicado a lanzar elogios calificando a nuestro país de "extraordinario gracias al esfuerzo de los españoles".

Por supuesto que es así, pero no gracias la Corona.

Gabriel Sánchez

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