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La tensión se masca en Génova, los de Casado no saben como frenar el auge de Ayuso

miércoles 09 de diciembre de 2020, 11:01h
La presidenta de Madrid se ha convertido en la mayor amenaza del presidente del Partido Popular.

Desde que la presidenta madrileña tomara las de Villadiego para situarse a la derecha del PP y mucho más cercana a Vox de lo que hoy lo está Pablo Casado, son muchos los militantes y simpatizantes populares que comulgan con ella, más que nada por ser la más crítica con la gestión del Gobierno.

Y es que a esa derecha hija del barrio de Salamanca les va que haya alguien que se oponga frontalmente a las medidas del gobierno e incluso ve con buenos ojos esas salidas de tono y medidas ridículas que protagoniza.

La última permitir reuniones de diez personas en Navidad y prorrogar el toque de queda hasta la 01.30, que con la que está cayendo, solo significa una cosa; más muertes.

Sin embargo esta oposición que en teoría viene bien a las aspiraciones del PP, es hoy la principal preocupación de Pablo Casado que ve como la criatura que él ha venido amamantando, amenaza con comérselo.

Ayuso se ha proyectado como la líder nacional que muchos populares quieren frente al blandengue que es a día de hoy para los votantes de derechas, su lider.
A Ayuso, con tontadas incluidas no le han dolido prendas para enfrentarse a Sánchez e Iglesias, pero lo peor es que al verse crecida lo ha hecho también con los suyos, aplaudida por los que votan.
No se sabe si en Moncloa temen más a Ayuso que a Casado pero lo que sí parece es que en Génova Pablo Casado la ve como un peligro para su futuro.
Lo que sí parece es que cuanto sucede no es casual y que quien mece la cuna de la presidenta no es otro que Miguel Angel Rodríguez cuyo objetivo no es otro que convertir a Ayuso en la auténtica líder de la oposición.
Casado aunque tarde se ha dado cuenta de la situación y se ha propuesto desacreditarla ante la opinión publica temeroso de que se le suba a la chepa, muestra de ello es la pregunta que le hiciera en la inauguración del Zendal intentando reventar el acto y dejarla en evidencia, sumándose a las voces que calificaban el edificio cualquier cosa menos un hospital.
"¿Tiene quirófanos? " se interesó Casado a pesar de cononocer que no los había.

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