El 17 de octubre de 1931 Al Capone, cuyo nombre de pila era Alphonse Gabriel Capone, fue condenado a 11 años de prisión acusado de evasión de impuestos.
La evasión de impuestos hizo caer al famoso gánster estadounidense tras librarse de las numerosas tropelías cometidas y a pesar de considerarsele intocable, algo que ha sido así en España, durante cuarenta años con Don Juan Carlos, italiano de nacimiento y nuestro Jefe de Estado, beneficiario de un sueldo público de 194.232 euros brutos al año más gastos, viajes y casas aparte.
El legendario delincuente, de origen italiano que finalmente acabó en la famosa cárcel de Alcatraz, dónde murió a los 48 años cometió todo tipo de crímenes e ilícitos, entre estos delitos estaba el tráfico ilegal de bebidas alcohólicas, la prostitución, asesinatos, robos etc. Capone siempre escapó a la justicia, hasta el día en el que fue acusado de evadir impuestos.
Los delitos de los que se acusa al emérito dificilmente acabarán en condena, pero de lo que no se librará es de la sentencia promulgada por los españoles contra él y la institucón de la que ha sido cabeza principal.
Ayer en un capitulo este culebrón del que Juan Carlos es el principal protagonista conocimos que la Justicia ha abierto una tercera investigación contra él, al encontrarsele una nueva cuenta con 5 millones de euros en la isla de Jersey, ubicada en el canal de la Mancha, una isla dependiente de la corona británica y nada conocida para la mayoría, tampoco seguramente para el famoso ganster italo- americano.
Capone el intocable era un tipo temido y su "prestigio" consecuencia de su poder.
Juan Carlos I "el inviolable", se ganó el reconocimiento de todos aquellos que desconocían sus andanzas nada ejemplares, fue querido por el gran público y tan solo repudiado por cuantos conocíamos de que pata cojeaba.
Al Capone no perdió cayó por evasión de impuestos, un ilícito penal conocido también como evasión fiscal o fraude fiscal. Esta es una actividad en la que incurren por lo general empresarios y personas físicas cuando ocultan bienes o ingresos a las autoridades tributarias, pero pocas veces un Jefe de Estado al que los españoles han mantenido con sus impuestos.
Juan Carlos no solo ha perdido el halo de honestidad que le precedia, sino que ante los que fueran sus subditos ha quedado como un "presunto" delincuente, toda vez que no siendo juzgado, nunca podrá ser sentenciado y por tanto evitará que se le califique como tal. Sin embargo ello no puede evitar que que gran parte de la ciudadanía así lo entienda después de conocerse que el Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales, envió una alerta a la Fiscalía Anticorrupción, tras encontrar un nuevo capital oculto a nombre del padre del rey Felipe VI en otro paraiso fiscal.
Como ya saben Juan Carlos I de Borbón se encuentra exiliado en los Emiratos Árabes, alejado de aquellos a los que ha robado " presuntamente", disfrutando del dinero " presuntamente" evadido al fisco.
Cuando abandonó España ya pesaban en su contra otras dos investigaciones que algunos intentarón tapar, como siempre vino sucediendo durante su etapa como Jefe del Estado.
La primera de estas investigaciones está relacionada con las comisiones ilegales procedentes de Arabia Saudita, por la construcción de un tren de alta velocidad, en la que participaron empresas españolas, obra de la que recibió 100 millones de dólares y de los que 65 "regaló" a su amante.
La segunda gira en torno a unas tarjetas de crédito de cuentas opacas, con las que pagaban algunos de sus gastos de Juan Carlos I, la reina Sofía y otros miembros de la realeza, cuentas que extrañamente estaban a nombre de su asistente personal, un coronel del ejército del aire y que eran cubiertas por un millonario mexicano, no sabemos a cambio de qué.
A diferencia de Capone que murió en la cárcel, Juan Carlos no la pisará, aun cuando los delitos del ganster y del... " presunto" sean similares.
Gabriel Sánchez
Si (
No(
