PEQUEÑO LAGO DE SAL
Higueras retorcidas, olivos centenarios,
cactus, amapolas, margaritas y vinagretas,
aroma a tomillo y romero.
¿Dónde quedan mis recuerdos?
¿Dónde las raíces de tu tierra?
¿Dónde los pilares arraigados
que contienen el barro y purifican tu esencia?
Quiero el agua filtrada por tus firmes raíces,
no ese cieno envenenado de abono, egoísmos y fosfatos.
Eres campo y mar salado;
voz que clama en una maraña de ladrillo y suciedad.
Eres brisa acompañada de lamento
agonía de gentes que te quieren.
Somos el pueblo llano, los de siempre,
los que no ganamos,
los que queremos nuestra tierra,
sueño de nuestros abuelos,
aquellos que convirtieron sus tardes de pesca y ocio
en pequeñas casas junto a una iglesia o cerca del mar,
aquellos que sembraron anhelos de esperanza
a la orilla acogedora de un pequeño lago de sal.