Metió la pata antes de una entrevista para la televisión vasca en la que el coronavirus no era el tema principal, pero sí pregunta obligada. Sin embargo, en los minutos previos, creyendo que no estaba siendo grabada, y delante de varias personas que entraban y salían de la habitación, comentó, que ya en la manifestación tenían constancia de que la cosa no estaba bien y que otros países estaban ya tomando medidas drásticas. Claro que no estaba bien, los avisos se sucedían desde Enero y las cifras de fallecidos llegaban sin parar desde China e Italia pero en España, más listos que nadie, no se les dio importancia.
Y todo ello en unas declaraciones que más parecen de jovencita adolescente deslenguada que de una ministra preparada para el cargo. Expresiones como “mogollón de peña volcada que es lo más guay”, llamar ”tía” constantemente a la Periodista y otros síntomas de “colegueo” impropios de una ministra, y menos ante una Periodista y rodeados de cámaras listas para grabar.
Pecó de imprudente y ha puesto en entredicho una vez más a este Gobierno que tan bien dice haberlo hecho durante esta crisis. El mismo que comunicó ayer que no hubo ningún fallecido en España mientras que las cifras de la Comunidad de Madrid apuntaban 11 y en Andalucía había 2. Reconocer el día 9, una vez celebrado el 8-M que conocían el riesgo grave y no haber hecho nada por evitarlo me parece no sólo una canallada política sino de una bajeza moral imperdonable, y ya veremos si constitutivo de delito.
Para haber estudiado Psicología, Máster en Educación incluido, esperaba un poquito más de ella aunque realmente su contacto con el mundo laboral haya ido poco más allá de una marca de electrodomésticos y unas cuantas charlas on-line sobre educación sexual y cómo hacer disfrutar a nuestras parejas. Como diría mi madre “mucho collar para tan poco galgo”. Una carrera profesional brillante.
Igual de brillante estuvo su jefe supremo. Sánchez, tras terminar su comparecencia del domingo y también creyendo que no estaba siendo grabado, comentó que la Guardia Civil era muy complicada. Claro, todo se complica cuando en una institución independiente se cometen injerencias del tipo Marlaska y se revoluciona a toda la cúpula haciendo que dimitan dos tenientes generales.
Como complicado va a ser que la Fiscalía General del Estado y la Abogacía del Estado se mantengan imparciales en las distintas querellas contra el Gobierno y contra Fernando Simón. Alguna de las cuales ya está siendo archivada sin que la Fiscalía haya movido un solo dedo.
Complicadas son muchas cosas mientras no se respete la independencia de los tres poderes y los ministerios hagan y deshagan a sus anchas amparándose en la pérdida de confianza. Nos quedan aún 19 días de Estado de Alarma que desgraciadamente pueden dar mucho juego.
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