‘Juzgado de familia, un viaje al infierno’, la primera obra de Nélide Garimez es una crónica literaria que en palabras de la autora: “Hacía falta contarlo sin tapujos, ha sido necesario desnudar las cicatrices más íntimas para tomar las medias exactas de los sufrimientos ocasionados por el sistema judicial de familia, para señalar con rigor las afrentas de este “perverso mecanismo” a la lógica, la ética y la moral, tenía que retratarse así de cerca, para que los responsables no pierdan un minuto más en reformarlo drástica y urgentemente. ‘Juzgado de familia, un viaje al infierno’, cuenta la historia de una mujer que no se resigna a un sufrimiento inútil, que regala su amarga experiencia para que le sirva de ayuda a otros y para cambiar el mundo”.
Publicada por Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a descubrir “una búsqueda en el infierno guiada por un amor infinito, una lucha por mantener la cordura en una trampa de absurda incoherencia”, con esta narración realista podremos entender cómo se modifica una vida que quería ser normal cuando irrumpen en su vida los abogados y la mal llamada justicia de familia, nos muestra con minuciosidad como se deforma su día a día, en el trabajo, con la familia, nos enseña con cariño el dolor de los abuelos, grandes sufridores de estos desatinos, pero también enseña a luchar contra la depresión y la amargura. Escribí “Juzgado de Familia, un viaje al infiero” para ayudar a otros enredados en injusticias semejantes, para defender la custodia compartida, burlada y humillada por letrados de uno y otro lado del estrado, para contribuir a la reforma del sistema judicial de familia, antiguo, trasnochado e irrespetuoso con los ciudadanos”, cuenta Garimez.
‘Juzgado de Familia, un viaje al infierno’ en su dedicatoria suplica ser escuchada a los altos estamentos judiciales y cierra en su epílogo con una contundente apología de la mediación y arbitraje institucional como necesaria y urgente alternativa a los trámites y disputas del divorcio.
El público a quien se dirige es a todos los involucrados en el proceso judicial de familia, a jueces, abogados, procuradores, funcionarios, y también a los afectados, es decir, a padres, madres, hijos, hijas, nietas, nietos, abuelos y abuelas, a las parejas casadas y a las divorciadas, y a todos los involucrados en porque este asunto nos incumbe a todos.
De esta novela destacamos la plasticidad con la que describe los sentimientos de la protagonista y la fluidez con la que nos transporta a lo largo de casi tres años con la sensación de vivir con ella todas las horas y todos sus acontecimientos, pero en tan pocas páginas, que según confirman sus lectores, se les pasa hace tan corto que ralentizan los últimos párrafos para no abandonar nuestra heroína.
Si (
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