Según El Comercio un hombre accedió al centro de salud en un visible estado de nerviosismo, muy alterado porque, a su entender, no se le estaba atendiendo debidamente. El paciente, de 49 años, se acercó al mostrador de la entrada y, dirigiéndose al personal administrativo que trabaja en el centro de salud mental, expresó su queja. Estaba «muy desesperado», según relataron los testigos a los agentes de la Policía Nacional que minutos después acudieron al lugar, alertados por la llamada de una de las trabajadoras.
En ese estado de agitación, el hombre sacó de entre sus ropas un hacha y se cortó el dedo anular de la mano izquierda sin que ninguno de los presentes pudiera hacer nada por evitarlo. Se seccionó la mitad de la falange.
Tras autolesionarse, y ya en presencia de una dotación de Policía, el hombre dejó el arma blanca y accedió a ser trasladado al Hospital de Cabueñes para recibir asistencia médica.
Según explicaron fuentes oficiales de la comisaría, en ningún momento el hombre se mostró violento ni amenazó con el hecha al personal del centro de salud mental ni a los usuarios que había en ese momento. Lo único que pretendía era llamar la atención para que le asistiera un profesional.
Si (
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