La expareja de Verónica, la trabajadora de 32 años de la empresa Iveco que se suicidó tras la difusión de un vídeo sexual con el que se la vinculaba, se ha presentado en comisaría.
Figura como el principal sospechoso de la difusión del video y era investigado.
Se ha entregado de forma voluntaria en un cuartel de Mejorada del Campo, Madrid.
Muchos de los empleados de la empresa en la que trabajaba Verónica han asegurado que no han llegado a ver el contenido del vídeo. No obstante, los agentes creen que una gran parte de los trabajadores habrían visto el vídeo e incluso lo habrían compartido.
Compartir esta clase de vídeos es de por sí constitutivo de un delito contra la intimidad y el derecho a la propia imagen.