De verguenza el comprotamiento de los senadores del PP , despidiendo con abucheos al presidente de Gobierno en su última comparecencia en el Senado.

Pedro Sánchez comparecía por última vez en esta legislatura.

El alboroto ha sido de tal magnitud que el presidente de la Cámara Alta, el popular Pío García-Escudero, sintiendo verguenza ajena, ha tenido que llamar al orden a su propia bancada: “Les recuerdo que esto sigue siendo un parlamento, no un estadio de fútbol”.

Los Hooligans no le han hecho caso y el presidente ha tenido que intervenir varias veces durante una sesión en la que Pedro Sánchez no se ha cortado un pelo para reprender al independentismo. Luego llegaría el enfrentamiento entre el Presidente del Gobierno y el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Ignacio Cosidó, ex director general de la policía y acusado de sobornar al chófer de Bárcenas.

.El PP ha querido aprovechar su mayoría absoluta.

El popular preguntó al líder del Ejecutivo si “asumía el fracaso de su proyecto político”. “Es difícil hacer más daño a España que el que usted ha hecho”, a lo que Sánchez, mucho más moderado respondió, anunciando su deseo de pactar con el Partido Popular en ciertas materias: “Ojalá me pudiera entender con el PP para solucionar la cuestión catalana” para luego acusar al Partido Popular de “representar el bloque de la involución”.

Cosidó ironizó sobre el último libro del presidente asegurando que a partir del 28 de abril “ni podrá ir en Falcon a conciertos, ni tomar decisiones tan trascendentes como cambiar el colchón de su alcoba, y tendrá mucho más tiempo para escribir, escribir de verdad, no como ahora”.Y empieza el follón y García-Escudero, harto de tanto griterío interviene diciendo: “Por favor, es el último pleno, acabemos bien la fiesta”.Ni caso, el griterío y los insultos han continuado hasta estallar por los aires las buenas maneras que se les presupone a sus barribajeras señorias. El último rifirrafe entre Cosidó y el presidente, ha provocado que abandonado la sala Pedro Sánchez , la bancada popular se haya lanzado como hienas contra él, provocando un abucheo más propio de un campo de futbol que de la cámara de representación territorial.

Sin lugar a dudas a nuestras señorías les falta verguenza.