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Doña Manolita.
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Doña Manolita.

lunes 18 de diciembre de 2017, 17:12h
El día en el que un aristócrata vio el negocio que se escondía tras la lotería.

Fue el conde de Cabrillas, el hombre que se hizo con el famoso despacho de loterias, "Doña Manolita"

A pocos días de celebrarse el sorteo de lotería de Navidad es uno de los momentos más esperados del año por todos los españoles, vamos a hablarles de la Loteria y de esos establecimientos famosos de nuestra geografía que son conocidos por el número de premios dados. Uno de estos de establecimientos es Doña Manolita, la más famosa administracón de loterias de la capital, la preferida por madrileños y turistas.

La administración madrileña ha repartido más de 70 premios gordos a lo largo de sus más de 100 años de historia y vende millones de boletos a lo largo de cada mes. Fue precisamente doña Manuela, junto a sus hermanas, quien fundó el negocio en 1904 y al no tener hijos lo legó a una de sus hermanas, quien siguió con la tradición familiar, aunque algunos años después pasó a manos del conde de Cabrillas, poseedor de un título creado durante la época de Alfonso XIII.

Juan Luis de Castillejo y Bermúdez de Castro, actual propietario de la administración, es un aristócrata sencillo, alejado del ruido y que prácticamente vive en el anonimato de su residencia del barrio de Salamanca. Castillejo es el tercer conde de Cabrillas, desciende directamente de Fernando I de León y de Castilla, y se casó en 1995 con Isabel Muñoz y Ozores de Urcuola.

La boda tuvo lugar en el palacio de Vilagarcía, en Vilagarcía de Arousa, un enclave idílico al que acudió buena parte de la aristocracia del país. Por parte del novio asistieron a la ceremonia el conde de Villa Amena, marido de su hermana Inmaculada, el conde de los Arenales y la mismísima duquesa de Franco, Carmen Franco Polo. Por parte de la novia, los invitados no tuvieron menos esplendor, y la madre de la novia, la duquesa viuda de Montealegre, la marquesa viuda de Aranda y Paloma Pemán Domecq completaron una larga lista de nobles que no quiso perderse una boda de alta alcurnia.

El conde y su mujer pagaron una buena suma, que no ha sido revelada, por Doña Manolita. A lo largo del año venden más de 70 millones de décimos gracias a su pequeña e histórica administración de lotería y solo han tenido una hija, Dolores, quien será la heredera del negocio y seguro que de una importante fortuna ganada gracias a los altos beneficios que la lotería reporta a todos sus propietarios.

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