Las horas en las que la Generalitad estuvo en manos de los radicales.

Fue antes de que la Generalitad fuese intervenida por el Gobierno central. A esa hora Puigdemont ya estaba muerto Todo comenzó con la dimisión del consejero de Empresa, Santi Vila. A partir de ahí llegarían las dimisiones en cascada. Puigdemont,se quedó solo, solo y en manos del independentismo más radical. Cual muñeco en manos del ventrilocuo fue movido al antojo de Junqueras, también de la CUP. ¿ Dónde estaban sus cercanos, aquellos que le empujaron a materializar la declaración unilateral de independencia?

La mayoría había dimitido. ERC y la CUP, le animó a resistir, su prioridad era la declaración unilateral de independencia. A los ceses del secretario general de Salud, Albert Serra, y el secretario general de Justicia, Adrià Comella, hubo que sumar el de Rosa Anna Castillo, directora general de Modernización de la Administración de Justicia. Raül Romeva, también cesó a la exsocialista Maria Badia como secretaria de Asuntos Exteriores. En Enseñanza, dejó su cargo el director general de FP, Melchor Arcarons. En Agricultura, fue la directora general de Agricultura, Teresa Masjuan. En Presidencia, cayó Jordi Vergès,director general de Análisis y Prospectiva, también Marcel Mauri como asesor especial del vicepresidente Oriol Junqueras.

Puigdemont decidió entonces quedarse en un segundo plano, sabía que el independentismo tenía poco recorrido pero que a él que había dado la cara, se la partiria su pueblo si daba un paso atrás. Obligado a seguir para no quedar como un traidor, veía como los traiores huían al comprobar que el Estado no se andaba con chiquitas y usaba la contundencia de la ley para aplastar la rebelión.

Finalmente se echó la manta al hombro y salió a dar la cara para proclamar la república catalana. Tras la votación del Paralament , Puigdemont se convertiría en heroe del independentismo. Pronto cuando la justicia actue se convertirá en martir de una causa. Desde la cárcel valorará si mereció o no la pena y recordará a los Judas que le empujaron y como tras el incendio, salían de la Generalitad huyendo como ratas.