Ese viento que mece las copas de los árboles y juega con ellas hasta hacerlas sonar con un ruido mágico y relajante.
Ese viento que recorre valles,mares, cielos y montañas.
Viento travieso, enredador, inquieto y suave.
Que cada año por las mismas fechas regresará de donde partió. Para recorrer calles , plazas y jardines.
Y bajar de las alturas en un acariciar de rostros, para terminar abrazando el cuerpo y con suave remolino acariciar los seres que amaron.
Y acerles sentir por un momento ese pequeño escalofrío, suave levantamiento de piel para recordarte que aún esta aquí, que no se ha ido.
Para luego volar, volar muy alto y seguir recorriendo el mundo, el cielo , la inmensidad para ya nunca , dejar de volar.
Quién pudiera mezclar su alma con el viento, corretear por mundos y universos, partir, llegar a esos lugares extensos y eternos.
Y ser siempre ese viento fresco... quién pudiera.
Pedro Alcalá