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ANTE PROBLEMAS, SOLUCIONES, por Juan Fernández Cabezas, presidente de CSIF Almería

ANTE PROBLEMAS, SOLUCIONES, por Juan Fernández Cabezas, presidente de CSIF Almería
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ANTE PROBLEMAS, SOLUCIONES, por Juan Fernández Cabezas, presidente de CSIF Almería

Hoy si me voy a centrar en el mundo laboral y las consecuencias que nos ha traído y nos está dejando, como sello indeleble en la historia de nuestra memoria, el tsunami pandémico que asola nuestra sociedad, las relaciones socio-laborales y la propia vida individual. Y quiero hacerlo también desde una perspectiva realista y positiva, que para negatividad ya tenemos los telediarios.

Todo comenzó con los atropellados inicios de la crisis sanitaria, la incertidumbre, los titubeos, las imprecisiones, los cambios de criterio y la ambigüedad normativa que se apodera de las instituciones y gobernantes. Frente a todo ello, surge la gran respuesta ciudadana en forma de una enorme ola solidaria, iniciativas sociales, coraje colectivo y concienciación sin precedentes. El compromiso, la valentía y el esfuerzo, hasta la extenuación de las personas que conforman nuestra esfera laboral sirven de contrapunto a las disputas políticas.

La sistemática devaluación y degradación de las Administraciones Públicas y, por ende, de nuestra Sanidad. La falta de previsión, ceguera o ineptitud que puso en riesgo extremos al personal avanzado que luchaba sin herramientas de protección (15% personal sanitario contagiado) tuvo, igualmente, su respuesta solidaria con aplausos generales y puntuales de agradecimiento. Sin olvidar iniciativas de toda índole, desde la fabricación artesana de mascarillas, la impresión de pantallas de protección individuales y todo lo que pueda ayudar a proteger a nuestro personal de la Sanidad, policías, dependientes, conductores y un largo etcétera. El pueblo, por suerte, en muchos casos, suple y asume la obligación de los gobernantes.

Siempre me he sentido honrado de pertenecer a la gran familia de CSF, por la seria defensa de nuestros valores: independencia, profesionalidad y transparencia, en la gestión de nuestra misión en la defensa del interés general de los trabajadores. Pero mi orgullo aumenta cuando, en estos días de incertidumbre general, esta gran organización ha tenido la determinación firme y el rigor reivindicativo, desde el minuto cero, con nuestro presidente nacional Miguel Borra a la cabeza, de avisar y plantear soluciones a la grave situación que se nos venía encima. Contar con la ventaja de que solo debemos rendir cuentas ante nuestros afiliados y representados, que son una parte importante de esta sociedad, quizás nos ha permitido ser asépticos en nuestros planteamientos sin otro condicionante que poner el sentido común al servicio de la protección de las personas.

Aún hoy se continúa sumando un alto número de infectados y víctimas y sigue habiendo un elevado porcentaje de personal de la sanidad contagiado. Algo ha fallado y sigue fallando con lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo. ¡¡No debe haber desescalada mientras no haya plena seguridad y medios de protección adecuados y suficientes!! Que cada cual saque sus conclusiones, yo me quedo con la parte positiva, que no es otra que la grandeza de nuestros convecinos y su respuesta solidaria.

El comienzo de la vuelta a la normalidad cotidiana nos debe pillar positivos, comprometidos y proactivos. A la par, debemos mantener nuestra responsabilidad reivindicativa y de denuncia en todos los ámbitos para evitar aquellos deslices, abusos o injusticias que se puedan cometer aprovechando el mal de la incertidumbre.

Igualmente, en CSIF estaremos ojo avizor para evitar que el sacrificio de tantos y tantos trabajadores y empleados públicos caiga en el olvido, que los aplausos se conviertan en pitos y los reconocimientos en reproches sociales. Sería muy injusto que los empleados públicos y trabajadores en general vuelvan a ser los últimos en salir de la crisis económica y social que va a suponer el dichoso bicho.

Por eso, cada día tiene más sentido y me siento más feliz dedicándome al sindicalismo. Porque somos, ahora más que nunca, necesarios. Yo diría que imprescindibles, porque esta sociedad lo requiere y todo esfuerzo y sacrificio siempre merecerá la pena para aportar, para mejorar el mundo y, como suena la canción compuesta por nuestro Joaquín Sabina, para la gran Chavela: …“que las verdades no tengan complejo”… “que ser valiente no salga tan caro” y “que el fin del mundo nos pille bailando”.

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