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Dakeng, naturaleza exuberante junto a una gran metrópoli

Dakeng, naturaleza exuberante junto a una gran metrópoli
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martes 17 de marzo de 2020, 10:23h
Dakeng, naturaleza exuberante junto a una gran metrópoli

En el oeste de Taiwan, los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de numerosas rutas de senderismo a pocos minutos de Taichung, la segunda ciudad más grande del país.

Una de las características más impresionantes de Taiwán es su naturaleza. Pese a ser una isla del tamaño de Cataluña, y con una población, aunque en declive, de 23 millones de habitantes, sólo un tercio del territorio está habitado, concentrándose en su gran mayoría a lo largo de la costa oeste. Esto hace posible que, tanto locales como turistas, puedan hacer escapadas de las grandes urbes y disfrutar de la naturaleza de forma bastante accesible y rápida.

Taichung es una gran urbe con más de 4 millones de personas, situada en el centro oeste del país. Al encontrarse rodeado montañas al este de la ciudad, donde la expansión de esta acaba, hace que sea sencillo y rápido llegar a numerosos rincones donde la flora y la fauna prosperan. Cabe destacar, que desde hace 10 años, la deforestación está prohibida en todo el territorio, aunque todavía hay constancia de los conocidos como “ratas de montaña”, los cuales desempeñan actividades ilegales como el logging.

En Taiwán, uno de los pasatiempos más comunes, sobre todo entre los jubilados, es disfrutar de las miles de rutas de senderismo que ofrece el tigre asiático. Entre ellos se encuentra Dakeng, donde existen alrededor de una decena de senderos donde se pueden avistar monos, águilas y numerosos tipos de insectos, entre ellos las luciérnagas, un gran espectáculo durante el mes de abril. Dakeng, que se encuentra a nada más de 30 minutos del centro de Taichung, cuenta con numerosos caminos, adaptados a diferentes niveles. El sendero número 4 (Dakeng Trail 4 en inglés), es el más pintoresco de todos ellos, pero también uno de los que requiere más resistencia física, con una duración de 2 horas (ida y vuelta). Desde este, se pueden apreciar unas vistas magníficas de la ciudad, sobre todo durante el atardecer, donde se puede admirar contraste con las montañas y la vegetación de su entorno. Para los más atrevidos, una experiencia recomendable es ver como poco a poco todo oscurece, dando paso a las luces de toda la gran urbe en la distancia, para luego más tarde descender el camino de vuelta a la luz de la luna.

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