Los cuentos van dirigidos a niños a partir de 4-5 años de edad. “Los alumnos que cursan primaria son los que más partido pueden sacar a los cuentos porque ya han iniciado el proceso lector/escritor y podrán sentirse identificados con los personajes”, comenta la autora
“¡Ya no me dan miedo los perros!”, “Ya siempre estaré aquí: autismo”.“Ya no está, pero sigue aquí: adiós abuelita”, “¡Ya sé ganar, ya sé perder!” son algunos de los títulos publicados por la psicopedagoga y orientadora de Educación Infantil y Primaria, Belén Amores Cano bajo el sello editorial de Círculo Rojo. En cada uno de los títulos los protagonistas se enfrentan a situaciones en las que afloran diferentes sentimientos y emociones.
Inspirada en los pequeños con los que trabaja a diario, Belén Amores publica cuentos directos, claros, sencillos que, a la vez, incluyen muchas temáticas que llevan a la reflexión de cómo hacemos las cosas y como se sienten los niños; donde además, los lectores, pueden sentirse reflejados en los personajes. “Se da especial atención a cosas que ordinariamente no concedemos importancia cuando tratamos con niños y sí que la tienen: dejar de atender al teléfono y mirar a la cara, o animar con deportividad al equipo donde juega tu hija”, explica la escritora. Asimismo, al tratarse de una colección, los personajes van apareciendo en los diferentes cuentos, de tal forma que se les va conociendo en profundidad, pudiendo, los lectores sentirse identificados con ellos.
En este sentido en el cuento “¡Ya no me dan miedo los perros” se hace un guiño a cómo los padres sin quererlo trasmitimos a nuestros hijos nuestros propios miedos y cómo ayudar a superarlos. En “Ya se ganar ya se perder” la autora introduce a los lectores en el trabajo en equipo enfrentándonos a la frustración de perder y alegría de ganar de forma compartida.
Así, en “ Ya siempre estaré aquí: Autismo” madres, padres, educadores y niños pueden ponerse en el lugar de cómo son los primeros años de un niño con Trastorno del Espectro Autista y “Ya no está pero sigue aquí: adiós abuelita”, los niños podrán compartir situaciones de duelo de una forma natural.
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