nuevodiario.es

Opinión :"Por sus hechos los conoceréis"

 Opinión :'Por sus hechos los conoceréis'
Ampliar
lunes 15 de julio de 2019, 18:54h
 Opinión :'Por sus hechos los conoceréis'
Escribo estas líneas un 14 de julio, fiesta nacional de Francia pero que debería ser una conmemoración universal ya que ese día, hace 430 años el triunfó de la Revolución supuso el inicio del fin del “Antiguo régimen” en la vieja Europa, por lo que los habitantes de París y de toda Francia dejaron de ser súbditos para llegar a ser “ciudadanos” y con ello marcaron el camino para que el resto de pueblos del mundo pudiesen llegar a ser ciudadanos de pleno derecho, algo que lamentablemente todavía no se ha conseguido en muchas partes del orbe.

Hermosa palabra esta de “ciudadanos”. Quizás por eso cuando un grupo de gentes de diversa procedencia encabezados con un jovencito y prometedor Alberto Rivera, supongo que ayudados por un buen asesor de marketing y publicidad decidieron usar ese nombre para denominar al partido con que pretendían lanzarse a la regeneración de España, la música me gustó y aunque soy socialista lo cierto es que me alegré bastante por el hecho de que por fin apareciese en nuestro país un partido que se presentaba sin el lastre de una derecha tradicional que tiene sus raíces hincadas en el franquismo, un grupo político que decía ser liberal en lo económico y progresista en lo social. En definitiva, un partido moderno y homologable a las derechas democráticas europeas, un partido capaz de pactar a derechas o izquierdas para conseguir en todas las instituciones donde obtuviese representación unos gobiernos que garantizasen ese necesario equilibrio que permite avanzar a este país.

Pero como dice el viejo refrán -poco dura la alegría en la casa del pobre- y a la primera ocasión que han tenido se han convertido en un partido caudillista al más puro estilo de los viejos dictadores que tan bien retrató Valle-Inclán en su Tirano Banderas (esto vale también para otro joven regenerador de apellido Iglesias). Así, aquel joven que venía a regenerar las Españas, en poco tiempo consiguió una importante cosecha de votos que le ponían en una posición política envidiable para conseguir sus objetivos. El problema es que parece ser que sus objetivos no son precisamente aquellos que nos vendió en las diferentes campañas electorales.

Rivera ya no es aquel joven reformista que venía a dignificar la política. En menos que canta un gallo ya es un caudillo con todas sus letras hasta el punto de que muchos de los que le ayudaron a fundar aquel partido de bello y prometedor nombre han tenido que tomar el camino del destierro político para no tener que tragarse las ruedas de molino con las que el nuevo Rivera pretende hacerles comulgar. Y para muestra un botón, en la Región de Murcia, donde podía elegir entre apoyar y formar parte de un gobierno de cambio y de progreso junto con los socialistas, o aliarse con los herederos del multiimputado Pedro Antonio Sánchez (el del caso Auditorio, entre otros) y con los representantes del partido que ellos mismos habían denominado extrema derecha.
En el primer caso podrían haber contribuido a que Murcia saliera del poso y la sombra de la corrupción, y el segundo supone legitimar y consolidar la corrupción y legalizar el retroceso en las políticas sociales. Pues bien, por orden directa del Caudillo Rivera sus delegados en Murcia han optado por la segunda. En democracia todos los pactos son legales y legítimos, el problema muchas veces no es sólo con quien se pacta, sino qué y para qué se pacta. Así las cosas no creo que tengan la cara dura de volver a hablarnos de regeneración y progreso porque escrito está -por sus hechos los conoceréis- y lamentablemente no hizo falta esperar mucho para conocer a Rivera y sus súbditos.
Gabriel Cabrera Martínez

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios