Y dados estos resultados, así como las grandes posibilidades de Gobernar el PSOE en solitario, sin pactar un Gobierno de coalición, ya están produciendo reacciones disparatadas del populismo morado. Ya que en esas circunstancias cuando de vaya a votar el nombramiento de Pedro Sánchez, como Presidente de un Gobierno socialista, van a tener que decidir su voto. Y muy complicado lo tendrán pienso no votar ¡Si! al candidato socialista.
Porque, que alardeen ahora, de que su objetivo era entrar en el Gobierno, no les legitiman para exigirlo, ni para formar parte del mismo por dar a conocer los nombres de Iglesias, Echenique y Escobar como los ministrables en ese Gobierno de coalición, que solo ellos se han inventado.
Eso parece más bien, una vuelta de tuerca a “las incontinencias verbales de Iglesias, Montero y el mismo Echenique”. Que durante la Campaña electoral no vacilaron de acusar a Pedro Sanchez de que le temblaban las piernas – según dijo la Montero- a la hora de tomar las medidas que a su juicio debería haber tomado.
Y que se le acusara de una “inexistente decisión” de que Pedro Sanchez iba a pactar con Cs para formar Gobierno, han constituido los ejes de la campaña electoral de Podemos, con la esperanza, - presumo -, de que así obtendrían algún rédito electoral. Pero las urnas han demostrado el fracaso absoluto de esa estrategia electoral, porque tales argumentos eran pura falacia, como muchas otras que Iglesias ha venido vociferando desde su aparición al frente de Podemos.
Yo tratando de comprender la situación complicada de Podemos, no puedo olvidarme de las “soluciones fáciles a los complejos problemas que exigen soluciones complejas” que han caracterizado a Pablo Iglesias con su populismo y el sello del siempre añadido a las propuestas del Gobierno socialista: “Y dos huevos duros” que nos recuerda el camarote de los hermanos Marx.
Por esa razón, estoy convencido que mientras que Pablo Iglesias no rectifique su populismo, los resultados electorales de Podemos le irán disminuyendo. Y mientras que ese cambio no se verifique en Iglesias, hoy por hoy, su presencia en un Gobierno de coalición Socialista y Podemos seria una bomba de relojería, que cuando estallase sería el fin de la “Malentendida Unida de la Izquierda”, para muchos años porque su reconstrucción y el apoyo ciudadano, nos costaría “Sudor, lagrimas y mucha desesperación”.
Y al expresarme así, como lo estoy haciendo. Lo hago con dolor porque yo estoy convencido de la, “Unidad de la Izquierda” y que esta se manifieste con matices, con sensibilidades de una fuerza y otra diferentes pero complementarias. Pero hoy y me duele decirlo, esa “Unidad de la Izquierda ni es posible ni aconsejable fraguarla en un Gobierno de Coalición Socialistas y Podemos.”
A este último le aguardan cuatro años donde las experiencias le deberian servir para constatar que las estrategias del “Sorpasso” y las falacias en ocasiones empleadas, para medrar como partido no les ha servido de nada y para nada.
De ahí pues, que la tarea más urgente y necesaria – desde mi punto de vista – es la transformación de Podemos en una fuerza política seria y responsable en cada momento de su desarrollo, y del discurso político que haga posible la solucion de los problemas reales en nuestro país.
A esa tarea se deberian dedicar los dirigentes de la formacion morada. Y no a seguir erre que erre, en la misma línea de actuaciones, seguida hasta ahora. Porque abriría una crisis en Podemos y unas consecuencias ahora difíciles de calibrar su alcance.
Bueno esa es mi modesta opinión. Porque falta saber cual, va a ser la reacción de Iglesias, Montero por no ser Ministros como querían.
Vamos a ver.
Si (
No(
