Esas papeletas con el nombre de Susana Díaz tachado dejan patente que no es al Psoe al que no se quiere sino a ella

Si la derecha consigue formar gobierno en Andalucía el mérito es de Susana Díaz artífice de la división que ha pasado factura al partido socialista en Andalucía y donde los socialistas contrarios a la todavía presidenta de la Junta al verse relegados impulsaron una campaña que, finalmente, ha pasado factura a la hasta ahora todopoderosa presidenta andaluza quien hace poco más de un año se postulo aunque en la persona de Verónica Pérez como la máxima autoridad en el PSOE.

Susana Díaz ha tenido dos meses para enderezar el rumbo de la nave que capitaneaba y que se veía como se dirigía claramente a estrellarse contra las rocas cuando una iniciativa, impulsada por votantes socialistas afines a Pedro Sánchez, "le dijeron hasta aquí has llegado". Los sanchistas propietarios del 30% del partido no estaban dispuestos a ser relegados y hasta apartados y expulsados del partido por enfrentarse al aparato dirigente andaluz. A partir de ahí los creadores de las plataformas “pedristas” en Andalucía durante las primarias del PSOE, idearon la manera de hacerse valer y para ello promovieron votar al partido pero tachando el nombre de Susana Díaz de la papeleta electoral. De esta manera se dejaba claro que si bien se apoya al partido, no se apoyaba a Susana Díaz. Ni que decir tiene que ante el aviso a navegantes Susana Díaz, prepotente como en ella es costumbre hizo oídos sordos. Desde Ferraz a diferencia de San Telmo se dieron cuenta de la dirección del barco y advirtieron aunque lo hicieran susurrando y si bien es cierto que alertaron de los riesgos de tachar el nombre de la cabeza de lista porque ello provocaría que el voto fuese nulo, dejaron que la trianera se estrellara. Para ello solo fue necesario ponerle el cebo o lo que es lo mismo, dejarla confeccionar las listas con el agravante de no pasarlas por la revisión del Comité Federal. Susana picó y perdió las elecciones aunque diga que las ha ganado.

La debacle historica que ha padecido el PSOE en las urnas no es una victoria sino un desastre por más que Susana Díaz no lo quiera ver simple y llanamente porque le va el sueldo en ello.